El proceso de crecimiento del Movimiento de Regeneración Nacional (morena), iniciado por ciudadanos con genuinas buenas intenciones, sacrificando su tiempo, dinero, sudor y lágrimas, humillados por quienes se burlaban de su esfuerzo; terminó marginándolos, quitándoles sus espacios y sus merecimientos, en la búsqueda de desaparecer, primero, al PRD.

Los perredistas, que constituyen la primera oleada de arribistas, “no dijeron ni agua va” para cuando ya ocupaban las posiciones clave en las diferentes instancias del partido y de gobierno, alcanzadas en las urnas por morena.

Con el pretexto de que ahora la izquierda estaba en el equipo tinto, no hubo ninguna pena para integrarse, imponerse o adjudicarse las posiciones que se les antojó ocupar; callando a quienes aún confiaban en que la hora del pueblo había llegado.

Los verdaderos morenistas se desengañaron rápido, pero por ser “parte del proyecto de nación” se tuvieron que tragar todos los sapos que los patrones designados les impusieran.

Hasta ese momento, los morenistas iniciadores, nomás mirando.

Ya con el PRD temblando, sin prerrogativas en varios estados; su segunda meta fue desaparecer al PRI. El método fue el mismo, acabar con el tricolor integrándolo a morena.

Los personajes nacionales, del PRI y del PRD, que hay que incluir en esta “noble” labor son muchos, desde Bartlett hasta El Señor de las Ligas y desde Napito hasta Layda Sansores; en Sinaloa, el caso más evidente es el del Congreso del Estado.

El Revolucionario Institucional llegó a la LXIV Legislatura con una bancada de 8 diputados, sobrevive 1, Luis De la Rocha y su suplente Carlos Alberto Meza.

Era tanto el interés de morena por desaparecer al PRI que no descansaron hasta incorporarlos a la cuarta transformación.

No se puede olvidar que, entre los personajes, dentro y fuera del Congreso, se cuenta a los 2 más recientes ex Presidentes del Comité Directivo Estatal del PRI en Sinaloa. Uno de ellos candidato al Senado en el plan C, y la otra candidata a Regidora del Ayuntamiento de Culiacán.

No creo que eso hayan entendido los morenistas fundadores cuando escuchaban la frase “vamos a desaparecer al PRI”.

A los recién llegados y sus familiares, los llenaron de beneficios. Particularmente de posiciones en distintas instancias de gobierno, que bien pudieron haber ocupado los relegados del movimiento.

Hasta ese momento, los morenistas iniciadores, nomás mirando.

En la intención de desaparecer al PAS, comenzaron por disminuir la bancada en la actual Legislatura del Congreso Local. 3 Diputados pasaron del Grupo Parlamentario del PAS al de morena.

Hasta allí el método sería el mismo, pero funcionó poco. 3 Diputados, una secretaria de turismo venida a menos y alguno que otro que siguió el canto de la sirena; todos los demás se mantienen firmes en el PAS.

Hasta ese momento, los morenistas iniciadores, siguen nomás mirando.

Ante las declaraciones del candidato al Senado por morena, de que el Partido Sinaloense perdería su registro en este proceso electoral 2023-24, obteniendo menos del 1.5% de votos; lo que deseo que no pase es que, para lograrlo, el método varíe y acudan a la violencia, las amenazas y las desapariciones.

Los días que uno de los candidatos del PAS estuvo perdido, con muchos detalles que le acompañan, dejan demasiadas interrogantes. Lo más sano es que el principal desaparecido deje la cartera en el partido y, por supuesto, la candidatura como Regidor, y se vaya a la vida civil para sanar la herida que, este episodio, debe o debería haber dejado en su salud mental y física.

Todos los sinaloenses queremos un estado en paz. Que la ambición no sea mayor que el sentido común. Que el amor al poder no supere al amor a su tierra y a los ciudadanos de este bello estado. Que en la política se compita con la política y el voto nos permita, como iguales, decidir lo que las mayorías libres, de forma secreta y directa queremos para Sinaloa. Eso creo yo.

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