Se ha observado que el betaglucano presente en la avena retrasa el vaciado del estómago, generando una sensación extendida de saciedad

A medida que más personas incorporan la avena a su dieta diaria, surge la pregunta: ¿Cuáles son los efectos de este superalimento en el sistema digestivo?

La nutrióloga Dania Karenina Gil Orozco resaltó la riqueza de vitaminas, minerales y fibra soluble en la avena, sugiriendo que estos elementos aportan diversos beneficios al cuerpo, cómo:

Promoción de la saciedad prolongada: Se ha observado que el betaglucano presente en la avena retrasa el vaciado del estómago, generando una sensación extendida de saciedad. Aunque no es una solución milagrosa para la pérdida de peso, puede contribuir al control del apetito.

Apoyo al crecimiento bacteriano: 

Algunos estudios sugieren que la avena podría tener un impacto positivo en el crecimiento bacteriano beneficioso para la digestión, aunque se requiere más investigación para confirmar este beneficio.

Prevención de problemas estomacales: La fibra en este cereal puede mantener en movimiento los desechos del sistema digestivo, potencialmente reduciendo el riesgo de malestares como estreñimiento, gases e inflamación.

Mantenimiento de la regularidad intestinal: 

La fibra soluble de la avena puede contribuir a una buena regularidad intestinal, reduciendo el riesgo de problemas como la indigestión.

Consideraciones adicionales

Posibles dolores estomacales: Aunque la avena es generalmente saludable, en aquellas personas sensibles a la fibra o con celiaquía, podría causar problemas estomacales. Se recomienda una introducción gradual para quienes no están acostumbrados a la fibra.

Evitar avena con alto contenido de azúcar: Las variantes instantáneas de avena con alto contenido de azúcar pueden tener efectos negativos para la salud cardiovascular.