¿”Central Park y Champs Ellysses en CLN?” Recordemos: en 2016, Sergio Torres inauguró el primer Par Vial, cuyo eje principal, la Av. Obregón, tendría características similares a Champs Ellysses de París. En 2018 conocimos el proyecto ‘Distrito Paseo Mundial’, que transformaría un extenso polígono urbano del norte de la ciudad -hoy con marcados contrastes sociales-  en un Central Park (NY) culichi.
Pero al despertar vemos que la Obregón no es Champs Ellysses y que el Distrito Paseo Mundial (DPM) quedó en un Plan Maestro poco conocido, elaborado por el arquitecto Mario Schjetnan.
¿Qué pasó? Pese a sus bondades, el DPM despertó temores y la movilización de cientos de vecinos que desconocían sus características, a quienes no se convocó en la forma y el tiempo debidos a una Consulta formal o a un ejercicio de participación social. Consecuentemente, dijeron No.
Hasta hoy no ha sido posible implementar el proyecto pese al apoyo absoluto de los gobiernos estatal y municipal a un plan que daría un aire cosmopolita a la ciudad y elevaría el nivel de vida de los habitantes. Pero insistamos: el arranque del DPM adoleció de algo esencial, como es la participación social.
EL DPM -dijeron sus promotores encabezados por Luis Arturo León Tavera, director del Centro de Ciencias- sería un instrumento
gestor de desarrollo entre la IP, el gobierno y la sociedad. Propone  la construcción de infraestructura peatonal (ampliación de banquetas y pasos seguros), una red de ciclo vías, un circuito integrado de transporte público, áreas verdes, nuevos puentes vehiculares y peatonales sobre el Río Humaya, diversificar los usos del suelo, fomentar la vivienda vertical y de centros comerciales y mejorar el equipamiento urbano.
También redensificar la zona,  concentrar servicios financieros, establecer atractivos para el turismo, reordenar y mejorar las vialidades, desarrollar un sistema de transporte tipo BRT (Bus Rapid Transit), incorporar tecnología que coadyuve a un desarrollo urbano-arquitectónico “inteligente”, con alto grado de interactividad y conectividad virtual; propiciar una comunidad orientada hacia “valores de equidad, igualdad y participación y a la generación de empleo bien remunerado”; repotenciar la plusvalía en los bienes de los residentes, abrir la oportunidad de negocios familiares en la zona, y convertirse en “una forma de anticiparse a diferentes inversiones, culturas y negocios que posicionen a Culiacán en el plano internacional”.
Hoy anuncian la implantación del METROBÚS, cuyas ventajas, según las experiencias de muchas ciudades, son indiscutibles. Sin embargo, un altísimo porcentaje de la población desconoce los detalles… donde suele esconder el Diablo sus propósitos.
Conservador, el gestor formal del proyecto, el gobierno del Estado, admite que éste arrancaría cuando concluyan diversos procedimientos aun pendientes.
Confiado, el alcalde Estrada asegura que nada detendrá la carrera del METROBÚS y de sus buses.
Extrañamente, ni el Estado, el Ayuntamiento o la Federación han convocado a un proceso de consulta ciudadana (nos dicen que la “socialización” iniciará… ¡después de que empiecen las obras! ).
Los intentos fallidos del propio DPM y de otros proyectos nos enseñan que hay que escuchar a la gente mediante consultas, tal y como lo promueve diariamente el presidente Andrés Manuel López Obrador.
¡No le builgan…!, dijo el aguzado ranchero.