En un llamado poco convencional, Patricia Iparrea Sánchez, secretaria de Educación de Tabasco, ha instado a los jóvenes a “animarse” a tener hijos, en lugar de optar por tener mascotas, a las que se refiere despectivamente como “perrihijos”. Esta declaración se produjo en una conferencia de prensa, en el contexto de la preocupante disminución de matrícula escolar en las aulas de la entidad.
Iparrea destacó la importancia de la natalidad para el futuro de las escuelas y de la sociedad en general. “Lamentablemente, los jóvenes no quieren hijos y entonces están los ‘perrihijos’. Todos queremos que haya natalidad de niños, los necesitamos”, afirmó, enfatizando que los niños son el relevo generacional que un día ocupará posiciones de liderazgo y responsabilidad en el país, como gobernadores, presidentes municipales, maestros, licenciados y doctores.
La secretaria no dudó en hacer un llamado directo a los jóvenes presentes: “Aquí veo muchos jóvenes que se ríen, pero necesitamos que ya tengan a sus hijos para que podamos tenerlos en los planteles”. Su mensaje, aunque puede haber sido recibido con risas, apunta a una cuestión seria: la falta de alumnos en las escuelas no es solo un problema local, sino que también se manifiesta en diversas partes del mundo.
Iparrea parece estar tocando un nervio sensible en una sociedad que, como muchas otras, enfrenta el dilema de la baja natalidad. Sus comentarios reflejan la preocupación por el futuro del sistema educativo y la necesidad de contar con una población joven que garantice la continuidad de la fuerza laboral y el desarrollo social.
Sin embargo, su enfoque ha generado críticas y ha abierto un debate sobre las expectativas que se imponen a las generaciones más jóvenes en un mundo cada vez más complejo y cambiante. La decisión de tener hijos es profundamente personal y está influenciada por numerosos factores, incluidos los económicos, sociales y culturales.
Mientras Tabasco y el resto del país enfrentan el reto de mantener la matrícula escolar, será interesante observar cómo se desarrollan estas discusiones sobre la familia, la educación y el futuro de la juventud mexicana. La realidad es que los problemas de natalidad no se resolverán solo con llamados a la acción; se requiere un enfoque integral que contemple las necesidades y aspiraciones de las nuevas generaciones.
Con información de Latinus.