Culiacán fue el escenario de una masiva marcha este domingo, donde cientos de ciudadanos se unieron para exigir justicia y paz, así como la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya. La movilización, que estuvo muy nutrida, comenzó en punto de las 8:30 horas en la avenida Álvaro Obregón, un importante eje de la ciudad, y avanzó hacia el templo de La Lomita, un lugar simbólico en la comunidad.

El trasfondo de esta movilización fue la indignación generalizada por el asesinato de los niños Gael y Alexander, quienes perdieron la vida en un ataque armado hace unas semanas. La comunidad, profundamente conmovida por la tragedia, alzó la voz en un clamor unificado que resonó en las calles: “¡Queremos paz!” y “¡Fuera Rocha!”. Estas consignas reflejan no solo un deseo de justicia por los menores, sino también un creciente descontento hacia la administración estatal y su manejo de la seguridad en Sinaloa.

A lo largo del recorrido, los manifestantes expresaron su frustración ante la incapacidad del gobierno para abordar la crisis de violencia que afecta a la región. La marcha se convirtió en un espacio de reunión para aquellos que sienten que sus preocupaciones han sido ignoradas, y muchos hicieron hincapié en que la falta de acciones efectivas ha exacerbado el sentimiento de inseguridad en la comunidad. La exigencia de la renuncia de Rocha Moya se volvió un grito de unidad entre los presentes, quienes consideran que un cambio en la administración es fundamental para restaurar la paz en Sinaloa.

Este evento no es aislado; se suma a una serie de movilizaciones recientes en Culiacán, donde los ciudadanos han mostrado su determinación de alzar la voz contra la violencia y la impunidad. La marcha de este domingo sigue a otra protesta significativa que tuvo lugar el jueves anterior, cuando un grupo de manifestantes intentó dialogar con el gobernador en el Palacio de Gobierno, lo que culminó en un ambiente tenso y un portazo, reflejando la frustración acumulada.

La movilización de hoy concluyó alrededor de las 10:30 de la mañana, pero dejó claro que el clamor por justicia y la demanda de un cambio en la administración estatal son temas que seguirán resonando en la comunidad. Los culiacanenses están decididos a luchar por un futuro más seguro y pacífico, y su determinación se manifestó de manera contundente en esta jornada de protesta. La marcha representa una llamada de atención para las autoridades, un recordatorio de que la ciudadanía no se quedará en silencio ante la adversidad y continuará exigiendo un cambio real en la gestión de la seguridad pública.

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