En el vasto panorama de la política sinaloense, pocas figuras han dejado una huella tan profunda como Martha Arredondo Sandoval, cariñosamente conocida como Martita. Este 5 de diciembre de 2024, Martita se prepara para despedirse del Congreso del Estado, cerrando un capítulo de 62 años de servicio inquebrantable. Su trayectoria no solo es un reflejo de su compromiso con el servicio público, sino también un testimonio de la perseverancia, la pasión y el amor por su comunidad.

Desde su llegada al Congreso en 1962, Martita comenzó su andadura como mecanógrafa, sin imaginar que su carrera se extendería por más de seis décadas. A través de 21 legislaturas y en colaboración con más de 250 diputados, ha sido testigo de cambios significativos en la política y la sociedad de Sinaloa. Su historia es un relato de evolución, donde el compromiso y la dedicación han sido constantes, incluso en medio de desafíos como la pandemia, que obligó a muchos a adaptarse a nuevas formas de trabajo.

Hoy, en una emotiva sesión del Congreso, se le rindió homenaje a Martita, donde muchos de los diputados y diputadas que han compartido su trayectoria se reunieron para expresar su agradecimiento. En un ambiente de camaradería y respeto, recordaron las lecciones aprendidas a su lado y el impacto que ha tenido en sus vidas y carreras políticas. Las palabras de reconocimiento y admiración resonaron en la sala, mientras todos celebraban su legado y su contribución al servicio público.

Martita es más que una diputada; es una madre, una hija y una hermana que ha equilibrado su vida personal con su dedicación al trabajo. Desde su juventud, cuando dejó su hogar a los 15 años para buscar oportunidades en Culiacán, hasta los momentos en que tuvo que ausentarse de eventos familiares importantes debido a sus responsabilidades en el Congreso, su vida ha estado marcada por sacrificios. Sin embargo, siempre ha encontrado la manera de mantener a su familia en el centro de su corazón.

Uno de los momentos más significativos de su vida fue cuando, recién parida, se vio en la necesidad de ayudar a redactar un guion crucial para una sesión legislativa. Con su recién nacida en brazos, Martita escribió las líneas que marcarían un hito en la historia política de Sinaloa. Este episodio encapsula su dedicación y su capacidad para enfrentar retos, incluso en las circunstancias más complicadas.

A lo largo de su carrera, ha sido testigo del surgimiento de mujeres en la política, recordando con nostalgia a la primera diputada del estado, Alejandra Retamoza, y a la primera diputada de oposición, Mercedes Murillo Monge. Martita ha sido un baluarte de apoyo para otras mujeres en el ámbito legislativo, demostrando que la inclusión y la equidad de género son fundamentales para el desarrollo de una democracia saludable.

A medida que se acerca su retiro, todos en Sinaloa reflexionan sobre el impacto que Martita ha tenido en sus vidas. Su nombre ha sido sinónimo de perseverancia, entrega y amor por el servicio. La política puede ser un terreno difícil, pero su enfoque humano y su dedicación a los demás han dejado una impresión imborrable en quienes han tenido la oportunidad de trabajar a su lado.

Hoy, mientras se prepara para regresar a casa, Martita Arredondo no solo cierra un capítulo en su vida, sino que también deja un legado que seguirá inspirando a futuras generaciones de líderes y ciudadanos. Su historia es un recordatorio de que el amor por el servicio y la dedicación pueden verdaderamente cambiar el rumbo de una comunidad. Gracias, Martita, por tu inigualable legado y por ser un faro de inspiración para todos nosotros. Tu presencia será extrañada, pero tu legado vivirá en cada rincón de Sinaloa.