En un giro que parece sacado de una novela de política distópica, Alejandro Moreno ha sido reelegido como Presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con un abrumador 97% de los votos. Acompañado por Carolina Viggiano como Secretaria General, esta reelección no es solo un evento, sino una tragedia anunciada para un partido que ha perdido el rumbo y la ética.
La Comisión Nacional de Procesos Internos, encabezada por Pablo Angulo, proclamó la victoria de Moreno y Viggiano en una jornada que, según ellos, se llevó a cabo “en urnas transparentes, a la vista de todos”. Sin embargo, la transparencia de las urnas no puede ocultar la opacidad de las intenciones y el cinismo de una dirigencia que parece más interesada en perpetuarse en el poder que en rescatar al partido del abismo en el que se encuentra.
.. La Ironía de la Oposición Feroz ..
En su discurso de aceptación, Moreno anunció que el PRI será un “feroz opositor” del próximo gobierno. La ironía es palpable: el hombre que ha criticado las reelecciones y las decisiones dictatoriales de otros partidos ahora se encuentra exactamente en esa posición. ¿Cómo puede alguien que personifica la antítesis de la renovación y la democracia interna pretender ser un opositor legítimo y efectivo? Es como si el zorro anunciara que protegerá el gallinero.
.. Reformas Vacías y Promesas Huecas ..
Alejandro Moreno prometió una “reforma integral” del partido, con seis comisiones trabajando en paralelo para reflexionar sobre el futuro del PRI. Pero, ¿de qué sirve una reforma cuando aquellos que la dirigen son los mismos que han llevado al partido a su posición más precaria? Moreno mismo admitió que el PRI está en su peor momento histórico, pero su reelección sugiere que la solución es más de lo mismo, un ciclo vicioso de promesas vacías y acciones insignificantes.
.. Traición a los Principios ..
En este contexto, es imposible no recordar los principios fundacionales del PRI, que alguna vez fueron baluartes de la justicia social y la democracia interna. Hoy, esos principios están traicionados por una dirigencia que se aferra al poder a cualquier costo. La reelección de Moreno es un golpe mortal a la credibilidad y al legado del partido, dejando en claro que la única prioridad es la autopreservación.
.. Un Futuro Oscuro ..
La realidad es que el PRI, bajo la dirección de Alejandro Moreno, está condenado a seguir su descenso hacia la irrelevancia. La reelección no es un signo de renovación, sino de desesperación. Los militantes y simpatizantes del partido deben preguntarse si están dispuestos a seguir apoyando a una dirigencia que ha demostrado una y otra vez que su único interés es mantenerse en el poder, sin importar el costo para el partido o para la nación.
En conclusión, la reelección de Alejandro Moreno y Carolina Viggiano es el clavo final en el ataúd de un PRI que alguna vez fue grande. Es un recordatorio sombrío de que la vergüenza y la traición a los principios pueden llevar a una organización a su ruina. Es hora de que los verdaderos priistas se levanten y exijan un cambio real, antes de que sea demasiado tarde.