En los últimos días, hemos sido testigos de un cambio sorprendente en la postura de la legislatura respecto a la auditora Lic. Emma Guadalupe Félix Rivera. Lo que antes era motivo de críticas y exigencias de cambio, ahora se ha convertido en una solicitud ferviente para que se quede en su cargo por 7 años más. Este repentino cambio ha generado controversia y ha dejado a muchos ciudadanos preguntándose si se trata de una muestra de doble moral o simplemente una estrategia política.
El estadio de fútbol de Mazatlán, los presuntos moches en obras públicas y los miles de millones gastados en publicidad y seguridad pública, los colchones meados en el edificio Homex y otros rubros fueron algunos de los motivos que los diputados morenistas, como Cecilia Covarrubias, Marco Zazueta e incluso Pedro Lobo, esgrimían para exigir el cambio de la auditora Lic. Emma Guadalupe Félix Rivera. Según ellos, no podían tener a una persona en ese cargo que solapaba las presuntas tranzas del gobierno de Quirino Ordaz.
Sin embargo, en una sesión ordinaria del congreso, en esta 64ª legislatura, pareciera que todo ha cambiado. Los mismos diputados morenistas que antes criticaban y exigían el cambio de la auditora, ahora la solapan y piden que se quede en su cargo por 7 años más. Este giro de 180 grados ha dejado perplejos a muchos ciudadanos, que se preguntan qué ha motivado este cambio tan radical.
Algunos argumentan que este cambio de postura es simplemente una estrategia política para atacar a otros actores políticos. Aunque ya muchos sabemos que la auditora ha realizado acciones en contra de diversos personajes en el pasado, como Estrada Ferreiro y el químico Benítez, así como el ataque de la ASE a la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), como parte de una estrategia para desviar la atención de asuntos más importantes. Sin embargo, este tipo de acciones solo demuestran la falta de coherencia y la doble moral de aquellos que en el pasado solicitaron el cambio de la auditora.
Es evidente que este cambio de postura ha generado controversia y ha dejado en evidencia la falta de dignidad y coherencia de algunos legisladores. Los ciudadanos merecen representantes que actúen con integridad y coherencia, y que pongan los intereses de la sociedad por encima de sus propios intereses políticos. Es importante estar atentos a estos cambios y exigir transparencia y rendición de cuentas en la legislatura.