En los tiempos actuales, donde la tecnología permite a los ciudadanos estar más informados que nunca, resulta difícil para los políticos inflar su imagen sin ser descubiertos. Un dicho popular dice “mucho ruido y pocas nueces”, y esto es precisamente lo que está sucediendo con el frente político conformado por varios partidos de oposición en México.

Dicen que se juntan más albañiles y peones en la obra el lunes que los que logró juntar el frente sin frente en la pegada de calcomanías.

Un claro ejemplo de esto es el caso de la aspirante Xóchitl Gálvez, quien según las encuestas se encontraba a tan solo 7 puntos de distancia de su contrincante. Sin embargo, recientemente se ha evidenciado que esta supuesta popularidad no es más que una ilusión. En un intento por mostrar apoyo a Gálvez, se organizó una pegada de calcomanías en favor de su candidatura en Sinaloa. Sin embargo, la convocatoria resultó un fracaso, demostrando que las palabras no siempre se traducen en acciones.

Este tipo de situaciones demuestran que el frente político ya no es lo que dice ser. Incluso la candidata de Morena Claudia Sheinbaum, quien se presentó en un estadio presumiendo de un Morena organizado y lleno de seguidores, se vio en aprietos cuando la realidad mostró lo contrario. Y ahí fue donde salieron los frentistas en redes haciendo fiesta pues según ellos sí estaban organizados y miren cómo les fue. Estos ejemplos evidencian las divisiones y peleas constantes dentro del frente, acusándose unos a otros y bloqueando a aquellos que intentan sumarse.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), uno de los integrantes del frente, ha anunciado, más bien amenazado, que no participará en todas las elecciones locales, solo apoyando a Xochitl, y en lo federal. Esto demuestra la falta de unidad y coherencia dentro del movimiento. Además, la coordinación del frente en Mazatlán y Culiacán ha sido un caos, dejando a los ciudadanos confundidos sobre quién está a cargo y quién es el líder legítimo.

Todo esto nos lleva a pensar que la elección está prácticamente entregada a Morena, el partido en el poder. El frente político, que en un principio parecía una alternativa sólida, ha demostrado ser una farsa, con divisiones internas y falta de organización. Los ciudadanos, cada vez más conscientes de estas situaciones, no se dejarán engañar fácilmente.

En conclusión, el frente sin frente es una muestra clara de la falta de coherencia y unidad en la oposición política en México. Las peleas internas, las acusaciones y la falta de organización han llevado a que la elección se incline a favor de Morena. Los ciudadanos, cada vez más informados y críticos, no se dejarán engañar por promesas vacías y discursos inflados. Es hora de que los políticos reflexionen sobre su actuar y busquen verdaderas soluciones para el país.