La política en México ha experimentado una transformación significativa en los últimos años. De ser un terreno marcado por la opacidad y la corrupción, ha evolucionado hacia un escenario en el que la transparencia y la participación ciudadana son cada vez más valoradas. En esta columna, analizaremos cómo era la política en el pasado y cómo se ha desarrollado en los tiempos actuales.

Hace algunas décadas, la política en México estaba dominada por un sistema de partido único, en el que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernaba de manera casi absoluta. Este régimen autoritario se caracterizaba por la falta de rendición de cuentas y la concentración del poder en unas pocas manos. Los políticos se movían en un entorno de impunidad, donde los escándalos de corrupción eran moneda corriente y la voz de la ciudadanía era silenciada.

Sin embargo, a partir de la década de 1990, México comenzó a experimentar una apertura política gradual. La alternancia en el poder se hizo posible con la llegada del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia en el año 2000, rompiendo con décadas de hegemonía priista. Este cambio significó un primer paso hacia la democratización del país y la apertura de espacios para la participación ciudadana.

En los tiempos actuales, la política en México se encuentra en un proceso de transformación constante. La sociedad mexicana ha despertado y exige cada vez más transparencia y rendición de cuentas por parte de sus representantes. Las redes sociales y los avances tecnológicos han jugado un papel fundamental en este cambio, permitiendo una mayor difusión de información y una mayor participación ciudadana en los asuntos políticos.

El acceso a la información se ha convertido en un derecho fundamental para los mexicanos, y los gobiernos han tenido que adaptarse a esta nueva realidad. La creación de instituciones como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) ha sido clave para garantizar la apertura y la rendición de cuentas en el ámbito político.

Además, la sociedad civil ha ganado protagonismo en la escena política. Organizaciones no gubernamentales, colectivos ciudadanos y movimientos sociales han surgido para exigir cambios y denunciar la corrupción. La participación ciudadana se ha vuelto esencial en la toma de decisiones, y los políticos han tenido que aprender a escuchar y responder a las demandas de la ciudadanía.

Sin embargo, a pesar de estos avances, la política en México aún enfrenta desafíos importantes. La corrupción sigue siendo un problema arraigado en el sistema político, y la impunidad persiste en muchos casos. La violencia política y la falta de seguridad también son temas que requieren atención urgente.

La política en México ha experimentado una evolución significativa en los últimos años, pasando de la opacidad y la corrupción a una mayor apertura y participación ciudadana. Aunque aún existen desafíos por superar, la sociedad mexicana ha demostrado su capacidad para exigir cambios y para ser parte activa en la toma de decisiones políticas. La transparencia y la rendición de cuentas son valores cada vez más arraigados en la sociedad, y es responsabilidad de los políticos y las instituciones seguir avanzando en este camino hacia una política más justa y democrática.