En este triste espectáculo llamado política, las cosas raramente salen como se planean. Parece que muchos políticos tienen una insaciable necesidad de seguir viviendo a costa de los ciudadanos, incluso si eso significa abandonar su dignidad y vergüenza por unos cuantos pesos.
El PRI, ese partido lleno de oportunistas que abandonan el barco cuando se hunde, seguramente les recordó a aquellos que se marcharon que “no se debe morder la mano que te da de comer”. Pero qué ingratos, vividores traicioneros, siempre buscando su propio beneficio. Han pasado toda su vida mamando del PRI, nacieron, crecieron y envejecieron bajo su protección, y ahora tienen la desfachatez de criticar y acusar a otros de sinvergüenzas y ratas. Sin embargo, alguien tuvo la brillante idea de acogerlos en Morena, como si los traidores y mentirosos fueran bienvenidos en el partido en el poder. ¡Qué gran ejemplo de coherencia y principios!
Y ahí estaba Claudia Sheinbaum, quien exigía a sus seguidores “NO MENTIR, NO ROBAR Y NO TRAICIONAR”. ¡Por favor! Acababan de mentir al jurar lealtad eterna al PRI, ese partido que se caracteriza por su habilidad para robar y traicionar. Pero parece que en Morena no les importa la honestidad y la ética, siempre y cuando puedan utilizar a estos oportunistas para sus propios fines.
Y llegó el tan esperado evento, donde se presentaron las nuevas adquisiciones del partido. Y, como era de esperar, los abucheos y críticas no se hicieron esperar. Los ex priistas no podía esperar otra cosa, porque saben que los verdaderos morenistas, aquellos que han trabajado arduamente y defendido con convicción la 4T, serán desplazados por estos arribistas traicioneros. Se sienten traicionados, pisoteados y humillados, y tienen toda la razón.
El “muera el rey, viva el rey” nunca fue tan apropiado. Estos políticos sin escrúpulos no tienen problema en morder la mano que les da de comer, siempre y cuando puedan obtener beneficios personales. Y la estrategia de convencer a la gente de apoyar a Claudia Sheinbaum ha sido un rotundo fracaso. No veo a estos vividores convenciendo a nadie, ni siquiera a los propios morenistas, quienes seguramente se sentirán avergonzados de trabajar junto a ellos.
En fin, queda claro que las elecciones del 2024 no serán un paseo en el parque. Lo único que les ayuda a estos políticos corruptos es que la dirigencia del PRI sigue durmiendo en sus laureles, sin entender la realidad que los rodea.
Así que, señores, según aquellos que hoy se suman a este proyecto, tienen muy claro que NO MENTIR, NO ROBAR Y NO TRAICIONAR (crítica). ¡Qué gran ejemplo de hipocresía y falta de principios!