En aquellos tiempos del siglo pasado y hasta mediados de los años 50s, cuando desde los viejos y entramados montes se escuchaba el aullido de los lobos y coyotes, entre la gente de las comarcas se activaba la alerta.
Ante la inminente presencia de los depredadores, los moradores de los caseríos, y desde luego los granjeros de la comarca redoblaban la vigilancia de sus predios.
Sabían los granjeros, que se hacía necesario reforzar las cercas de los corrales en que daban crianza a sus cabras, gallinas y ovejas.
Y es que, tan solo con escuchar el amenazante aullido de las fieras depredadoras les era suficiente para preparar la defensa de su patrimonio.
En la lógica campirana, se entiende entonces que en el caso de las ovejas, estas se aterrorizan con el simple aullido de los lobos, lo que lleva al amo a preparar su defensa.
Por cierto, a propósito de esta breve remembranza de los granjeros y los lobos de aquellos tiempos, me parece que en Sinaloa hoy en día, se está generando un fenómeno muy parecido.
Y si, muy parecido, aunque solo en los hechos y argumentos de la historia, aunque absolutamente inverso en las actitudes y acciones de los actores involucrados.
Y es que, respecto a la lógica de aquellos tiempos en que el aullido de los lobos atemorizaba a los granjeros y sus ovejas, frente a lo que hoy ocurre en nuestro Estado, el fenómeno ha sufrido una interesante reconversión.
Es decir, que en Sinaloa, contrario a la condición y características de los personajes de mi historia, hoy, curiosamente ha sido el berrido de un BORREGO lo que atemorizó y puso en estado de defensiva y en máxima alerta a los lobos.
“Se asustaron las fieras con un borrego que inexplicablemente saltó desde un corral desconocido, poniendo en jaque y estremeciendo la cuna de los lobos”.
Se dice que el susto fue tal, que desde sus trincheras, las fieras aludidas se arremolinaron y se pronunciaron listas para responder a la amenaza que el berrido del borrego podría significar para la corona de su reinado conquistado desde hace ya algunas décadas.
¿Pero, en verdad los lobos se asustaron con el berrido del borrego?… Suena extraño y hasta cierto punto loco, pero en la metáfora todo es posible.
Y la pregunta, desde luego se responde sola; Es indiscutible suponer que en efecto, así ocurrió.
Es decir, los lobos si se asustaron, a grado tal que respondieron con destazar al BORREGUITO si se atrevía a meterse en su madriguera.
Y es que la verdad de las cosas, los lobos observan al aparentemente inofensivo animalito con suficiente poder para darles la pelea.
Otra respuesta a la misma pregunta, nos indicaría que los lobos se saben con fallas importantes y altamente vulnerables en sus flancos de defensa.
Saben desde luego los lobos, que detrás del blanco animalito hay “granjeros” con la capacidad y el poder suficientes para arrebatarles la impunidad y los privilegios que ostentan.
Así los hechos, aunque ya ubicados en la realidad de las cosas, habría que decir que la inspiración de esta parábola tiene su origen, como seguramente usted ya adivino, en la presunta reforma a la ley orgánica de la UAS.
Y es que, bastó con que saltara al escenario público el “borrego” de que en el Congreso del Estado se podría legislar sobre esa reforma, para que el Rector Jesús Madueña Molina lanzara una velada amenaza sobre posibles reacciones de la fuerza estudiantil en contra de esa iniciativa.
El reto fue, desde mi punto de vista franco y abierto desde la camarilla de poder de la UAS.
EL MENSAJE; “Con nosotros nos se metan, porque desde este flanco hay fuerza política para desestabilizar no solo a la Universidad sino al mismo Estado”.
Claro, es la interpretación que desde mi óptica personal podría dar a la declaración del Rector.
Para otros buenos entendedores del quehacer político de Sinaloa, la declaratoria de Madueña Molina, no fue otra cosa que el mensaje del Rector de facto de la UAS Héctor Melesio Cuen Ojeda, para el gobernador Rubén Rocha Moya.
“Ya no soy tu empleado señor Gobernador”, podría ser el recado de Héctor Melesio Cuen, quien hoy día se muestra envalentonado por la amistad que ha construido con el secretario de gobernación y corcholata a la Presidencia de México Adán Augusto López.
Pero ante todo, la realidad es que la animadversión existente entre Rocha y Cuen es más que evidente, y se trasluce pese a los esfuerzos que ambos realizan para aparecer como amigos.
Por último, y regresando al tema de la reforma a la ley orgánica de la UAS, habría que decirle a Cuen Ojeda y sus allegados, que pueden estar tranquilos.
Sin ser recadero de nadie, me atrevería a decirle a Cuen Ojeda y subalternos de la UAS, que, basado en mi observancia muy personal en el perfil que distingue al gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya, que por lo pronto guarden sus lanzas de lucha.
Decirles de manera particular, que la inteligencia, mesura, ecuanimidad, prudencia, tolerancia e institucionalidad que distinguen al gobernador de Sinaloa, no le permiten tomar decisiones -por muy necesarias que sean-, si estas pudieran alterar el contexto del orden, la educación y el desarrollo académico y cultural de la UAS.
Creo que en estos momentos, al gobernador Rocha Moya lo que menos le interesa es entrar en una confrontación con grupos radicales y de poder enquistados en la UAS, ya que su amor por la propia universidad, y el interés por la educación y la armonía entre los universitarios está por encima de todas las cosas.
Pero claro, no se puede negar tampoco, que Rocha Moya tiene sus límites y si le jalan mucho la cuerda su tolerancia podría generar una reacción nada recomendable para quienes lo reten…
Es mi punto de vista muy personal… Quizá me equivoco rotundamente…Quizá no tanto… Nos vemos enseguidita.