Y la cumbre de la américa del norte se llevó a cabo conforme había sido planeada… Los acuerdos importantes, si es que los hubo, se irán conociendo en los días por venir.
La sede del conclave, fue el emblemático e histórico Palacio Nacional, edificio enclavado en el corazón de la ciudad capital de México, el País anfitrión.
Los personajes centrales del encuentro trilateral fueron los Presidentes de tres naciones.
Andrés Manuel López Obrador en calidad de anfitrión, Joe Biden de los Estados Unidos de Norteamérica y Justin Trudeau por Canadá.
Fue un evento al que se buscó promover la diplomacia, amistad y la concordia entre las partes.
El anfitrión mexicano a sus colaboradores cercanos, enviar señales fraternidad, para que los invitados pudieran sentir que se encontraban entre buenos aliados y mejores amigos.
Presentes en esta cumbre las esposas de los tres mandatarios, en tal caso, Doña Beatriz Gutiérrez, y sus homologas, Jill Biden de Estados Unidos y Sophie Trudeau por Canadá.
Las distinguidas Damas no solo le imprimieron el toque de género a la reunión, sino le permitieron también el lucimiento político, académico y cultural a la anfitriona.
En ese ambiente de presunta familiaridad, fue servida una cena en honor a tan distinguida corte internacional en el comedor principal del palacio presidencial.
“Siéntanse como en su casa” les dijo Doña Beatriz Gutiérrez a las distinguidas personalidades que esa noche compartieron plato, cuchillo, tenedor y cuchara con el matrimonio López Gutiérrez.
La esposa de AMLO entendió quizá, que su calidad de esposa del Presidente de México, la obligaba a manifestar todo tipo de cortesías a los visitantes.
Creo que por esa razón, Doña Beatriz personificó esa noche en los matrimonios Biden y Trudeau, a Don Baldomero, el hombre rico del pueblo del famoso corrido que cantaba Don Lalo González El Piporro.
Si, el personaje aquel, al que durante un baile pueblerino, el anfitrión lo hizo objeto de grandes honores al momento de hacer acto de presencia en su festejo.
“Don Baldomero como le va, usted primero puede pasar, le gusta aquí, o más allá, donde usted quiera se puede sentar”, reza el corrido de marras.
Claro, la esposa de Andrés Manuel se sentía que la responsabilidad de estar con sus pares de USA y Canadá, la obligaba a optar por la alta diplomacia “Baldomereña”.
Doña Beatriz les extendió también la invitación para que recorrieran y admiraran las bellezas arquitectónicas e históricas que encierran las paredes, patios y jardines de Palacio Nacional.
Les presumió a sus distinguidos visitantes que ese Palacio había sido montado en el lugar en que floreció la gran Tenochtitlan.
LOS CHISMES DE LA PRENSA SE REBARON LOS TITULARES.
Por cierto, en mi caso muy particular me llama la atención la cobertura que en términos generales le dieron los medios nacionales a la cumbre de los tres líderes de América del Norte.
La agenda trilateral, implicaba diálogos y acuerdos sobre temas preponderantes como migración, seguridad, narcotráfico, racismo, discriminación, economía y política regional.
Ignoro a ciencia cierta si hubo acuerdos trascendentales y si estos se verán reflejados a corto o mediano plazo en acciones reales que impacten positivamente en la vida de los ciudadanos mexicanos.
Otras cumbres se han realizados con la participación de estos y otros mandatarios, sin embargo los grandes acuerdos se quedan solo en los borradores de los secretarios y asistentes de los mandatarios.
Creo, que por esa razón, la mayor parte de los medios de comunicación se ocuparon mejor de las notas de color.
Desde los días previos al evento, la prensa escrita y hablada gasto tinta y saliva sobre la discusión respecto al lugar en que aterrizaría el avión en que Joe Biden arribaría a México.
“Bajará en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, por que el nuevo de Santa Lucia no es confiable” manifestaban diversos medios de información.
Las especulaciones crecían en ese sentido, pasando por alto lo que sería la agenda de la cumbre; El mitote de color, genera más rating, habrían pensado.
Finalmente el avión presidencial de Joe Biden puso sus ruedas en el pavimento de la pista del Aeropuerto oficialmente bautizado con el nombre de Felipe Ángeles, matando rumores, y versiones difundidas por destacados periodistas.
“Es que AMLO le rogó a Biden le hiciera en favor de bajar en SU aeropuerto a cambio de la captura de Ovidio Guzmán” dijeron los equivocados a manera de justificación.
Sin embargo, tras el arribo del mandatario gringo, se generaría una nueva nota de color, misma que seguiría rebasando el interés por la agenda de la cumbre.
Y es que, Joe Biden invito a López Obrador a trasladarse desde el aeropuerto Santa Lucia, a la ciudad de México a bordo de “La Bestia” nombre del vehículo de alto blindaje que utiliza el presidente americano para su traslado personal.
“Es el primer presidente mexicano que viaja en ese monstruo invulnerable a los atentados”, revelaron los encabezados de todos los medios del día.
Pero el color periodístico seguía incontenible, ya que horas después, volvió a cobrar relevancia, tras el desaguisado ocurrido en torno al Presidente canadiense Justin Trudeau.
Elementos de seguridad federal y agentes del servicio secreto estadounidense que integran el grupo de seguridad de Joe Biden desconocieron el vehículo en que el mandatario Canadiense trataba de llegar a su hotel, y momentáneamente evitaron su paso.
Desde luego, la nota de esa equivocación de la guardia de Biden, era imperdible y de buen calado mediático.
Dice la crónica de la prensa chilanga, que los guardias de Trudeau tuvieron que gritarles a los agentes secretos que despejaran el paso, ya que se trataba del mandatario canadiense.
Como colofón de los acontecimientos ocurridos en la multicitada cumbre de Líderes de América del Norte, habría que hacer referencia a la nota que algunos diarios capitalinos destacaron el día de ayer.
Se trata de una investigación periodística encaminada a saber el costo económico que asumió el gobierno de México para el hospedaje y atención de los presidentes y su comitiva.
Se destaca que ambos mandatarios fueron hospedados en el lujoso Hotel “Presidente-Intercontinental”, ubicado en la exclusiva zona de Polanco.
Los periodistas investigadores se muestran preocupados por no saber exactamente en que habitaciones de las 700 que conforman el inmueble estuvieron alojados los presidentes y acompañantes.
El lujoso hotel cuenta con cuartos con vistas panorámicas al bosque de Chapultepec, así como al Auditorio Nacional y otras áreas atractivas del centro de la ciudad de México.
Les preocupa a los Reporteros no saber, si las habitaciones ofrecidas a los dos distinguidos visitantes, fueron las que tienen un costo modesto, de 6 Mil, 481 pesos, o las que se ubican en los 231 Mil, 575 pesos por noche.
Se destaca en una nota del periódico Excélsior, que la habitación más cara del HOTEL PRESIDENTE INTERCONTINENTAL, es la Suite “DIEGO RIVERA”, cuyo espacio es de 600 metros cuadrados, y se ubica a 130 metros de altura, exactamente en el piso número 42 del impresionante edificio.
Llega entonces la pregunta necesaria; ¿Se asignaría esa lujosa suite a alguno de los Presidentes y compañía?…Si así ocurrió, piensan los “amarra navajas”, que el agraciado habría sido Joe Biden.
No habría importado claro, si Justin Trudeau se sintiera discriminado en el trato preferencial para el presidente gringo.
Aclarar es necesario, que se trata de simples especulaciones sin fundamento.
De cualquier manera, ante las conjeturas que se han originado respecto a la preocupación que en algunos ha generado el costo económico que para el gobierno mexicano representó el hospedaje en el lujo Hotel, la pregunta se hace necesaria.
¿Acaso querrían los inconformes y críticos del gobierno mexicano, que a sus invitados de honor para la cumbre de los líderes de América, se les hospedara en algún Hotel de paso en una colonia de la periferia capitalina?… Se aceptan opiniones….Nos veremos enseguidita.