La inflación de Estados Unidos batió en junio un nuevo récord, en los últimos cuarenta años, al situar su tasa interanual en 9.1 por ciento, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS)
La subida mensual de los precios de consumo fue de 1.3 por ciento.
El alza de los precios de la gasolina y los alimentos fue lo que más influyó en esta nueva escalada de la inflación.
Así, el incremento de los precios de la energía fue de 7.5 por ciento en un mes y contribuyó a casi la mitad de la subida mensual, y en el caso concreto de la gasolina, se encareció 11.2 por ciento en el último mes. El alza de los alimentos fue de 1 por ciento.
En los últimos doce meses, los precios de la energía han subido 41.6 por ciento, el encarecimiento más alto desde abril de 1980.
En cuanto a los alimentos, sus precios han subido en un año 10.4 por ciento, la mayor alza desde febrero de 1981.
La tasa interanual de la inflación subyacente, que mide el encarecimiento de los precios exceptuando la energía y los alimentos, fue de 5.9 por ciento.
La elevada inflación que afecta desde hace meses a la economía estadounidense ha llevado a la Reserva Federal a sucesivas subidas de tipos de interés que van a continuar, previsiblemente, en el futuro, para contener la escalada de precios.
La Reserva Federal (Fed) ya ha advertido en varias ocasiones de que priorizará la bajada de la inflación aunque sus medidas de política monetaria restrictiva puedan afectar a la evolución económica.