Mazatlán, Sinaloa.- Con la pandemia, los trabajadores de la construcción han sacado la casta, han padecido además de la escasez de empleo, el hambre, la falta de acceso a la educación y de servicios médicos, afirmó Fernando Pucheta Sánchez, presidente de la agrupación “Pucheta, Una Mano Amiga”.
Construyen mansiones, grandes edificios, carreteras, incluso algunos han formado parte de mega obras como el puente Baluarte, pero ellos junto a sus familias viven al día en humildes viviendas, sin acceso a la educación porque no hay internet ni computadoras para que los niños tengan educación, no cuentan con servicios médicos porque su trabajo es eventual y muchas veces no tienen dinero ni para comer.
Jose Joel Robles, de 53 años, Juan de Dios Meza de 43, Joel Robles Ávila de 42 años y Edgar Adrián Robles, de 26 años, platicaron de sus días junto al licenciado Fernando Pucheta, con quien hablaron de sus penurias pero también de su orgullo pues pese a la adversidad, han logrado salir adelante.
En la plazuela de la colonia Flores Magón, los albañiles sentados en sus cubetas cubiertas por la mezcla de cemento y pintura, mostraron su alimento: unas papas fritas a la mexicana, algunos no llevan lonche, pero se compran diez pesos de queso fresco y unas cuantas tortillas para rendir en su jornada laboral.
Fernando Pucheta explicó que esta es la realidad de millones de mexicanos; sin acceso a servicios básicos, han logrado salir adelante, improvisan sus implementos de trabajo para ganar 500 pesos al día, si enferma uno de sus hijos tienen que ir a mal vender o empeñar su bicicleta la cual les sirve como medio de transporte. La realidad es que se trata de un sector muy grande y vulnerable porque a ellos no les llegan los apoyos a los que tienen derecho.
Pidió apoyar a los trabajadores de la construcción dándoles empleo, porque ellos construyen sueños para otros y lo que obtienen a cambio es para cumplirle a su familia, sueños más humildes y básicos como es el contar con alimento y un techo donde dormir.