Las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMES) resultarán seriamente afectadas a consecuencia de las medidas de aislamiento establecidas por la Secretaría de Salud frente al COVID-19, las cuales provocarán una pausa sustancial en el sistema económico de nuestro país, así lo manifestó el economista César Miguel Valenzuela Espinoza.
El investigador adscrito a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) expuso que dichas medidas de confinamiento originarán que la población solo se ocupe de cubrir sus necesidades básicas por lo que reducirá la demanda de las actividades y productos que generan las llamadas MiPyMES.
“En la medida en que se paraliza la actividad económica y no estamos diciendo que todos estén parados, sino que se reduce la producción, se reduce la demanda, la gente no va a los cines, no va a los restaurantes porque se está tratando de controlar el flujo de personas en los centros comerciales, en las tiendas, eso lo que hace es bajar la demanda”, explicó.
En México, la economía informal representa un 50 por ciento de los empleos generados, por tanto, resultan ser los más desprotegidos ante la contingencia.
“En nuestro país, más o menos, hay quien dice que la mitad es economía informal, es decir, actividades no registradas ante la Secretaría de Hacienda que no tienen seguridad social, no tienen certidumbre laboral por lo tanto esas personas están sujetas a que, en el momento en que se interrumpe la actividad económica, se quedan sin empleo”, dio a conocer.
Por otro lado, continuó explicando, esta la economía formal abarcando a las MiPyMES que, si no están preparadas para la contingencia, pueden llegar a cerrar definitivamente.
“Porque si las condiciones de las MiPyMES son sumamente frágiles, en ese caso tenemos una situación muy grave, aunque sean formales, pues la empresa no nos asegura que tenga las condiciones para poder pagarles un sueldo o adelantarles un dinero que les permita estar en una cuarentena cubriendo sus necesidades”, expresó.
En Sinaloa, agregó, el grueso de las empresas pertenece al ramo de alimentos y bebidas, “ya sean alimentos que se elaboran para venderse en sus establecimientos, por ejemplo, tortillerías, y otros que, en su mayoría, los preparan y sirven a sus comensales, llámense, restaurantes, cafeterías, etcétera; esos son los que tienen un mayor riesgo”.
En ese sentido, señaló que desde hace semanas debieron adecuarse políticas públicas y, dentro de ellas, políticas financieras que permitan subsanar a las micro, pequeñas y medianas empresas, durante la cuarentena.
“Es decir, dentro de la política pública tiene que haber una política financiera en la cual el gobierno busque con los bancos, que haya un trato particular para las MiPyMES; que puedan tener la opción de un crédito emergente con el cual pueda llegar a un arreglo con sus trabajadores, por ejemplo decirles ‘no tengo dinero empleado, pero puedo adelantarte lo que va a ser tu aguinaldo’ o lo que podría ser en su caso una indemnización si fuera necesario”, indicó.
Lo anterior, Valenzuela Espinoza lo considera necesario ya que el país no cuenta con reservas económicas suficientes aunado al cero por ciento de crecimiento económico que se presentó en 2019 y que pudiera contraerse a un 4 por ciento del PIB a propósito de la contingencia, según la calificadora suiza, Credit Suisse.
“Tan falta una política pública clara que, afortunadamente la sociedad civil y las empresas del sector público y privado, están tomando las decisiones anticipadas (…) eso no está pasando por una directriz del gobierno, se está haciendo por propia decisión y qué bueno que está sucediendo, pero sí es lamentable que el gobierno de México se esté tardando tanto y no considere lo anterior expuesto”, apuntó finalmente.