El contacto piel con piel del recién nacido con la madre no es ninguna modernidad absurda, sino que es una práctica recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) realmente importante y necesaria que establece vínculos entre madre y bebé, y para comenzar con buen pie la lactancia materna, destacó la neonatóloga Claudia Jazmín Gámez Escárcega.
La especialista del Centro de Investigación y Docencia en Ciencias de la Salud (CIDOCS) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) apuntó que este contacto en los primeros minutos de vida del recién nacido con mamá es sumamente productivo, ya que entre otros factores le ayudan a regular la frecuencia respiratoria, cardiaca y la temperatura, así como le alivia el estrés y ansiedad que provoca el nacimiento.
“Sentir el calor y olor de su madre ayudará al bebé a buscar instintivamente el pezón, estableciéndose la lactancia materna de forma precoz y pudiéndose alimentar de calostro, la primera sustancia segregada por los pechos con incontables ventajas para él”, indicó.
Manifestó que el tiempo mínimo recomendado es de 60 minutos, aunque lo ideal es hasta 120 minutos, que es el tiempo máximo en el que se realizaría la primera toma, por lo que cuanto más tiempo se mantenga el contacto, más beneficios habrá.
Gámez Escárcega aclaró que no siempre se puede hacer el contacto piel con piel, ya que esto dependerá de las necesidades del niño y de la madre, destacó que en el nacimiento por cesárea las condiciones se modifican un poco pero sí se puede llevar a cabo la práctica, aunque con algunos cuidados extras.