El 2018 no se olvidará. Del PRI y del PAN no quedó ni el polvo. El hartazgo popular derrotó a una clase política repudiada, nulificó los afanes de encuestadores desorientados y neutralizó una monstruosa campaña enfocada en crear miedo hacia Andrés Manuel López Obrador y el lopezobradorismo.

A 12 meses, Andrés Manuel festejará hoy a las 5 P.M.con una verbena popular en el Zócalo. Será un evento austero  donde presentará un informe de labores y los objetivos de la Cuarta Transformación (4T).  Antes de conocer tal mensaje, conviene resumir qué dijo a los mexicanos hace un año:

En plena euforia, agradeció los más de 30 millones de votos y ofreció respeto a sus contrarios. Llamó a la reconciliación y a anteponer el interés de la nación sobre los intereses personales, “por legítimos que sean”.

La 4T propone establecer una auténtica democracia y no apuesta a construir “una dictadura abierta, ni encubierta”;  ofrece cambios  profundos, con apego al orden legal y respeto a la libertad empresarial, de expresión, de asociación y de creencias. “Se garantizarán todas las libertades individuales y sociales, así como los derechos ciudadanos y políticos consagrados en nuestra Constitución”.

 

La 4T mantendrá la autonomía del Banco de México, la disciplina financiera y fiscal, y reconocerá los compromisos contraídos con empresas y bancos nacionales y extranjeros. Los contratos del sector energético con particulares serán revisados y, “si encontráramos anomalías”,  se apelará a la intervención del Congreso de la Unión y de tribunales nacionales e internacionales. “No actuaremos de manera arbitraria ni habrá confiscación o expropiación de bienes”.

Buscará desterrar la corrupción y no tendrá problema en lograrlo porque el pueblo de México es inteligente, honrado y trabajador. “La corrupción no es un fenómeno cultural, sino el resultado de un régimen político en decadencia”.

“Lo ahorrado por el combate a la corrupción y por abolir los privilegios se destinará a impulsar el desarrollo. No habrá necesidad de aumentar impuestos en términos reales ni de endeudar al país. Tampoco habrá gasolinazos. Bajará el gasto corriente y aumentará la inversión pública para impulsar actividades productivas y crear empleos”.

 

El Estado dejará de ser “un comité al servicio de una minoría” y representará a todos los mexicanos. Escuchará y atenderá a todos y dará preferencia a los más olvidados.

Cambiará la estrategia de combate a la violencia. Más que usar la fuerza,  atenderá  las causas del fenómeno: la desigualdad y la pobreza. “La paz y la tranquilidad son frutos de la justicia”.

El 2 de julio del 2018 convocaría a DH, a religiosos, a la ONU y a organismos nacionales e internacionales a dialogar y a elaborar un plan de reconciliación y paz, mientras que en las fuerzas de seguridad “habrá mando único, coordinación, perseverancia y profesionalismo”.

“Seremos amigos de todos los pueblos y gobierno del mundo”. Aplicará los principios de no intervención, de autodeterminación de los pueblos y de solución pacífica a las controversias. Como postuló  Juárez,  “nada por la fuerza, todo por la razón y el Derecho”.

Con el gobierno de USA buscará  una relación de amistad y de cooperación para el desarrollo fincada en el respeto mutuo y en la defensa de los migrantes mexicanos que viven y trabajan  en ese país.

En su primer mensaje como Presidente Electo, aplaudió el comportamiento del presidente Peña Nieto en el proceso electoral y alabó que fue ejemplar la pluralidad y el profesionalismo de la prensa, la radio y la televisión. “Los medios de información no fueron, como en otras ocasiones, correas de transmisión para la guerra sucia. También mi gratitud a las benditas redes sociales”.

 

El gobierno de AMLO cumplió un año. De nuevo, Viva México.