Si el mundo quiere limitar el impacto del cambio climático, la escasez de agua y la contaminación, entonces todos debemos adoptar una dieta flexitariana, la cual esté basada en plantas y solo ocasionalmente, o una vez por semana consumir una porción de carne roja, destacó Mayra Arias Gastélum.
La especialista en nutrición y ejercicio de la Unidad Académica de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) expresó que en la actualidad más gente se está preocupando a la par por la salud propia y la del planeta, por lo que la decisión ideal es comer aproximadamente 14 gramos de carne roja por día, lo que equivale a 100 gramos o una ración sencilla a la semana.
Manifestó que la razón de este objetivo parte de la premisa que la agricultura es responsable de hasta 30 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de manera global, y gran parte de estas emisiones provienen de la producción de carne bovina, por lo que se necesita una gran superficie de tierra y una gran cantidad de agua para producir los granos que alimentan el ganado, ya que un tercio de la producción de todos los granos producidos en el mundo se usa como alimento para estos animales.
Arias Gastélum indicó que podemos adoptar una variedad de dietas saludables, pero lo que todas tienen en común, de acuerdo a la evidencia científica, es que se basan fundamentalmente en alimentos provenientes de plantas, por lo que se puede ir adoptando de manera paulatina una dieta que incluya pequeñas cantidades de productos animales, incluyendo más vegetales, pescados o mariscos.
“La dieta flexitariana tiene muchos beneficios como es la disminución en el riesgo de mortalidad, de riesgo de diabetes y de algunos tipos de cáncer. Estos beneficios han sido conocidos desde hace mucho tiempo y en la actualidad están ampliamente apoyados por resultados de estudios de observación y experimentales”, puntualizó.
Así mismo la nutrióloga dijo que esta dieta consiste en aumentar el doble el consumo global de vegetales, frutas, nueces, legumbres, y al menos disminuir a la mitad el consumo de carne de res y azúcar, por lo que se recomienda un consumo máximo de 100 gramos de carne de res o cordero por semana, y máximo 200 gramos de pollo y 200 gramos de pescado o productos del mar por semana.
Concluyó diciendo que esta opción de dieta es bastante recomendada, ya que provee una alta cantidad de fibra, vitaminas, minerales, grasas saludables y múltiples componentes bioactivos que actúan de manera sinérgica para proveer beneficios más allá de satisfacer el paladar, además de contribuir a la economía de las familias y el cuidado del planeta.