El mural La Va’llena, que se encuentra al principio del Malecón de Altata, Navolato, se restauró por estudiantes de la ETI 52, con nuevas historias que hablan del arraigo del lugar.
Con brochas, pinturas y pinceles en mano, estudiantes de la Escuela Secundaria Técnica 52 (ETI 52) del puerto de Altata restauraron uno de los murales más icónicos del lugar: la “Va’llena”, una obra que desde seis hace años ha buscado contar historias y generar conciencia ambiental.
En su primera versión el mural fue elaborado con pintura y plásticos PET como un llamado urgente a limpiar las playas tras el hallazgo de una ballena que apareció muerta en la zona con gran cantidad de plástico en su estómago. Ahora, los jóvenes artistas regresaron con una nueva visión: contar las historias que Altata quiere compartir hoy con sus visitantes.
“Primero propusimos pintarle alas a la ballena, porque representa la paz, pero después, aparte de integrar cosas de la comunidad como la pesca, también queríamos reflejar que hay una evolución de la ballena, que antes tenía basura y ahora ya no”, expresó Hansel Daviel, uno de los alumnos participantes.
Guiados por el colectivo ArrowAmor, integrado por los artistas Mitl Gaxiola y Sarah Irving, los estudiantes no solo restauraron la emblemática ballena, sino que sumaron una nueva obra en la parte trasera del edificio: una espátula rosada, ave característica de las playas de Navolato.
“Quisimos integrar sobre animales marinos que hay en Altata, llevarlos un poco con la ballena y dar un poco de ese contexto”, explicó Juan Agsel, otro de los alumnos.
El proyecto fue impulsado por SUMA Sociedad Unida A.C., organización que convocó tanto al colectivo artístico como a los jóvenes. Para Sarah Irving, este trabajo representa más que arte.
“Este mural arropa lo que es Altata para ellos y para toda la comunidad, para sus vecinos, sus conocidos. Todos contribuyeron a dar un alimento nuevo y una respiración de aire nuevo de este proyecto”, dijo la artista.
José Iván Velázquez Aréchiga, director general de SUMA, subrayó la participación comunitaria, señalando que el puerto de Altata es una comunidad que le gusta involucrarse en este tipo de cosas, sobre todo a las niñas, niños y adolescentes.
Con sus colores renovados y nuevas historias en su superficie, el mural “Va’llena” vuelve a mostrarse en el edificio que está al comienzo del Malecón de Altata, como un testimonio vivo del compromiso de la comunidad con su entorno.