Ser madre en México se ha convertido en una travesía plagada de obstáculos para las mujeres, que enfrentan no solo la presión de cuidar a sus hijos, sino también un entorno laboral que penaliza la maternidad. Un reciente estudio revela que las madres en el país tienen menos oportunidades de crecimiento, enfrentan salarios hasta un 40% más bajos y sufren de afectaciones a su salud mental debido a una cultura empresarial que parece ver la maternidad como un inconveniente más que una bendición.
Jimena, quien se embarazó de su tercer hijo, es un claro ejemplo de esta realidad. Su empleador le negó un ascenso previamente acordado, simplemente porque temían que se tomara la licencia de maternidad correspondiente. “Tuve que esperar dos años y medio para aspirar a otra promoción”, lamenta. Su historia es solo una de muchas que reflejan cómo las mujeres son tratadas como si tuvieran que elegir entre ser madres y ser profesionales, un dilema que debería ser inaceptable en pleno siglo XXI.
Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral (ICBI), sostiene que en México existe una “penalización de la maternidad” que va más allá de lo laboral y económico, afectando gravemente la salud física y mental de las mujeres. Según un análisis del ICBI, las madres jóvenes tienen un 45.8% de tasa de empleo, en comparación con el 53.2% de las mujeres que no tienen hijos pequeños. Además, en puestos de liderazgo, más del 70% de los hombres tienen hijos menores de 6 años, mientras que solo el 24% de las mujeres en esas posiciones son madres de niños pequeños. La disparidad es alarmante.
La carga de trabajo no remunerado también es un tema crítico. Las mujeres en México dedican más de 22 horas a la semana a las labores de cuidado, lo que no solo es una gran responsabilidad, sino que también genera un aumento de estrés y emociones negativas. Ballesteros señala que las mujeres adultas mayores de 35 años son el grupo que experimenta el mayor nivel de estrés, lo que pone de manifiesto una crisis que no se puede ignorar.
La discriminación laboral es otra cara de esta moneda. Un estudio del Colegio de México revela que las madres pueden ganar hasta un 40% menos que sus colegas hombres que son padres y un 36% menos que las mujeres sin hijos. Las oportunidades de crecimiento son limitadas y, en el peor de los casos, enfrentan despidos, renuncias forzadas o situaciones que las obligan a reiniciar sus carreras desde cero.
Rosa, otra madre que ha enfrentado estas dificultades, relata cómo, tras la pandemia, tuvo que comenzar de nuevo en un empleo temporal, solo para encontrar que le negaron oportunidades de crecimiento por ser madre. “Me dijeron ‘eres extremadamente capaz, pero eres mamá’”, recuerda con desánimo.
En este Día de las Madres, es fundamental reflexionar sobre estas realidades y abogar por un cambio que permita a las madres no solo ser reconocidas por su labor en el hogar, sino también en el ámbito laboral. Las madres en México merecen mejores condiciones, y no solo el reconocimiento en un día especial, sino un compromiso constante hacia la igualdad y el respeto en todos los aspectos de sus vidas.
Con información de EFE.