Este viernes marcó un hito en la historia de la transparencia en México, ya que se formalizó la entrega-recepción entre el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) y la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno. Con este movimiento, se da paso a lo que parece ser el cierre definitivo de las funciones del INAI, un organismo que, durante años, fue un bastión en la defensa del acceso a la información y la protección de datos personales.

Las excomisionadas Norma Julieta del Río Venegas, Blanca Lilia Ibarra Cadena, Josefina Román Vergara y el excomisionado presidente, Adrián Alcalá Méndez, firmaron las actas de entrega individuales y, como si se tratara de un acto de despedida digno de una película de drama, también firmaron el acta institucional. Es curioso cómo en la política, el final de una era se siente más como un capítulo de un libro que no sabemos si será recordado o simplemente olvidado en un estante polvoriento.

La secretaria Anticorrupción y Buen Gobierno, Raquel Buenrostro, destacó que la transición se realizó de manera ordenada, apegada a derecho y dentro de los plazos establecidos. Lo que no se dice es que hay un aire de incertidumbre sobre lo que realmente significa esta transición para la transparencia en el país. ¿Será que la promesa de continuar fortaleciendo la transparencia y la protección de datos personales será más que solo palabras vacías? 

Buenrostro también reconoció el profesionalismo de las excomisionadas y el comisionado presidente, así como de todo el personal del INAI durante este proceso. Un aplauso para ellos, sin duda, aunque el eco suene un poco lejano en medio de las dudas que surgen con este cambio.

La Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno asume ahora la responsabilidad de las funciones que le son transferidas del INAI, con la premisa de que la transparencia no solo debe continuar, sino que debe fortalecerse. Sin embargo, el escepticismo está en el aire: ¿será posible que una entidad que se encarga de combatir la corrupción también pueda velar por la transparencia de manera efectiva? Solo el tiempo lo dirá.

Así que, mientras el INAI se convierte en un recuerdo, el país observa con una mezcla de esperanza y desconfianza. La cuestión es si esta nueva etapa será un renacer para la transparencia o simplemente el inicio de una nueva página en un libro que ya está lleno de capítulos oscuros. Con el cambio de mando, el desafío está servido: garantizar que la transparencia y la protección de datos personales no sean solo promesas, sino realidades tangibles. La historia continúa, y todos estamos ansiosos por ver cómo se desarrolla este nuevo acto.

Con información de PolíticoMx 

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