La diputada Felicita Pompa Robles se ha convertido en el rostro de la indiferencia y la burla en un tema tan serio como el abuso sexual. Su reciente comentario, donde se ríe de la idea de que las mujeres firmen un documento antes de recibir un beso, no solo es una falta de respeto, es un insulto directo a todas las mujeres que han sufrido violencia. ¿Qué clase de representante es esta, que elige reírse de un tema tan delicado en lugar de apoyar a las víctimas?

Pompa no está sola en esta farsa. La mayoría de sus colegas de Sinaloa, también de Morena, han decidido proteger a Cuauhtémoc Blanco, un exgobernador que enfrenta acusaciones serias de abuso. Allí están: Ana Elizabeth Ayala, Graciela Domínguez, Danissa Flores, Olegaria Carrazco, Karina Martínez y, por si fuera poco, Mario Zamora del PRI y Ricardo Madrid del Verde Ecologista, todos levantando la mano para blindar a un hombre acusado de violencia. ¿De verdad creen que esto es lo que la gente necesita? ¡Bravo! Aplausos para ellos, por elegir el machismo sobre la justicia.

Mientras tanto, los sinaloenses, especialmente los de Guasave, debemos sentirnos avergonzados. Estos “defensores de las mujeres” se disfrazan de héroes en campaña con sus pañuelos lilas, pero parecen más bien naranjas con moños rojos, gritando a los cuatro vientos que están del lado de las mujeres. ¡Qué hipocresía! Cuando llega el momento de actuar, lo único que hacen es reírse de las víctimas y proteger a los agresores. Su actitud es un claro reflejo de la desconexión total que tienen con la realidad que enfrentan las mujeres en nuestro estado.

Es hora de que los ciudadanos de Sinaloa exijan a estos personajes que se comporten como verdaderos representantes. La risa y la indiferencia tienen un precio, y es momento de que Pompa y su circo reconozcan que la verdadera lucha no es su burla, sino la batalla diaria de las mujeres que exigen justicia y respeto. No podemos permitir que esta comedia continúe. La gente merece dignidad y un liderazgo que realmente defienda sus derechos, no un espectáculo de payasos disfrazados de morado y naranja que se creen intocables.

La próxima vez que veamos a estos “defensores” en campaña, recordemos sus risas y su falta de respeto. Es hora de hacerles pagar por su indiferencia y exigir un cambio real en la política de Sinaloa. La lucha por la justicia no es un chiste, y no permitiremos que se burlen de nosotros ni de nuestras mujeres. ¡Basta de circo y de hipocresía!

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