- La senadora priista denuncia la indiferencia del gobierno federal ante la peor crisis hídrica en décadas.
- “Es momento de poner en el centro a las y los sinaloenses que están viviendo las consecuencias de la falta de agua”, dijo con firmeza.
Boletín/GPPRI/No. 089/LXVI/25
Senado de la República, 025 de marzo de 2025.
La senadora del PRI Paloma Sánchez Ramos alzó la voz desde el Senado de la República para exigir atención inmediata a la grave crisis de sequía que enfrenta el estado de Sinaloa, agravada por la indiferencia del gobierno federal.
“Mientras las presas en Sinaloa registran la peor sequía en décadas y los pozos se están secando, el gobierno de Morena sigue minimizando esta problemática”, declaró con contundencia la legisladora priista.
Consciente de las consecuencias sociales, económicas y humanas que esta emergencia representa, la senadora hizo un llamado claro y directo a las autoridades, que se suma a un punto de acuerdo presentado por ella en el Senado para declarar la emergencia por sequía en su estado: “¡Es momento de poner en el centro a las y los sinaloenses que están viviendo las consecuencias de la falta de agua!”
La legisladora sinaloense propone también una serie de acciones concretas para enfrentar esta situación y construir soluciones sostenibles: tecnificación del riego para mejorar y optimizar el uso del agua; reparación urgente de la red hidráulica para garantizar el suministro continuo y seguro, evitando pérdidas o interrupciones en el servicio; construcción de embalses y sistemas de captación de lluvia, como herramientas clave para gestionar y conservar el agua disponible; así como reforestación y conservación del entorno natural, no solo como una medida ambiental, sino como una estrategia directa para mejorar la disponibilidad del recurso en tiempos de sequía.
Con preocupación, pero también con determinación, la senadora sinaloense advirtió: “¡La sequía sigue avanzando, debemos trabajar para frenarla!”
La voz de Paloma Sánchez representa hoy a miles de familias sinaloenses que ven cómo su tierra se seca mientras las autoridades federales permanecen inmóviles. “No se trata de cifras. Se trata de personas. Se trata de vida”, concluyó.