Culiacán, Sinaloa.- A una semana de que se realice la jornada electoral más grande de la historia de México, el candidato a diputado federal, Noé Heredia y la candidata a presidenta municipal, Erika Sánchez, coincidieron en pedir a la ciudadanía salir a votar, a elegir a la nueva presidenta de México, Xóchitl Gálvez, a los senadores Paloma Sánchez y Eduardo Ortiz, y a quienes serán sus diputados a nivel nacional y local por la Coalición Fuerza y Corazón Por México.
Por espacio de tres horas dialogaron con comerciantes y familias que acudieron a hacer sus compras al tianguis más grande la ciudad, el de los Huizaches, de quienes recibieron demandas de servicios públicos, de gestión para regresar los programas de apoyo a miniempresas y comercios, subsidios a todos los productores del campo y la pesca, y especialmente, buscar que se reduzca la inflación en el país.
Posteriormente, Noé Heredia acudió a reunión con habitantes y líderes de la colonia antorchista, al sur de la ciudad, donde reconoció que la unidad para el trabajo y la gestión que impulsan, debiera ser igual en todos los grupos sociales, trabajar en comunidad para exigir sus derechos, pues “nos estamos quedando cortos desde la política para resolver la principal demanda social: vivir cada día mejor”.
Pidió el voto para ganar la elección a diputado federal, bajo el compromiso de convertirse en un aliado en la lucha por la justicia social, para que sea real, se palpe en los hechos y no se quede en simple narrativa.
Los antorchistas reconocieron a Noé Heredia como un gran aliado, pues en sólo año y medio en el área de vivienda del gobierno estatal entregó más de 2 mil escrituras, y en la actual administración gubernamental no han llegado ni a 300 los documentos para dar certeza jurídica a cientos de familias posesionarias de lotes y viviendas.
Como diputado federal, señaló el candidato, vamos a levantar la voz, vamos a luchar por los intereses de las familias culiacanenses, especialmente para las más vulnerables, para quienes tienen necesidad de regularizar la propiedad de sus viviendas para poder darles un lugar digno a sus hijos e hijas.