Lo peor que le podía pasar a la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Sinaloa es seguir haciendo el ridículo, y lo están logrando; la consulta a la Universidad Autónoma de Occidente sigue mostrando la incapacidad, falta de oficio, innecesaria necedad de violar la autonomía universitaria y la falta de liderazgo en el Congreso local.
Los números arrojados por la consulta dejan ver, de manera evidente, que a la comunidad lince le interesa muy poco lo propuesto por los diputados. Lo que quieren es estudiar, dar clases, trabajar en sus funciones, ser respetados en sus derechos, crecer en su carrera académica o laboral, sin intervenciones políticas, sin amiguismos o preferencia hacia los aviadores.
Los números son fríos, no dejan dudas. Los mandaron a volar, les dijeron que dejaran de estar de metiches y se dediquen a lo que les toca. Que no se esmeren en quedar bien con el “Gober” y dejen de servir a Feliciano Castro en un asunto al que nadie los llamó. Cuando menos no la verdadera mayoría, no la colectividad, no la comunidad universitaria.
Más allá de los grupitos que los visitaron en el Congreso, está la realidad del resultado. Esos son los que realmente quieren su intervención, casi nadie.
Se imprimieron 25 mil boletas y solo se usaron seis mil sesenta y seis (6,066), el 24% de quienes tenía derecho a participar. Al 76% le valió un reverendo cacahuate ¿Les queda claro o necesitan que se les interprete?
Eso no es todo. De las poco más de 6 mil boletas utilizadas, 84 estaban en blanco y varías dejaron preguntas sin contestar.
Considerando que la Autónoma de Occidente tiene alrededor de 19 mil alumnos y se imprimieron 25 mil boletas. El personal docente y administrativo debe oscilar en los 6 mil elementos. Pues fueron 6,066 los participantes en la consulta ¿En dónde está el hambre de los estudiantes por votar en la elección de su rector o en cualquier otra consulta?
Suponiendo sin conceder que la mitad de los votos fueron emitidos por alumnos ¿Ese 16% del alumnado va a decidir cómo se llevarán los asuntos en la Universidad? Si así se resuelve, qué necedad tan grande y qué ganas de meterse en donde no los quieren ni los llaman.
Suponiendo que hayan votado muchos más alumnos, incluso la mayoría de los 6 mil totales. Eso plantea otro escenario deprimente y claro mensaje para Feliciano Castro y su terquedad; a los trabajadores, académicos y administrativos, en su mayoría, también les valió un soberano cacahuate su consulta patito.
La LXIV Legislatura ha sido un desastre. Inició mal y está terminando de la misma forma. Quien manda en el Congreso se ha cansado de demostrar ineptitud ¿Será por eso que no aparece en ninguna lista?
Todo este resultado ridículo me recordó la frase de Facundo Cabral, que frecuentemente citaba mi estimado amigo Martín Amaral: “Come pasto, millones de vacas no pueden estar equivocadas”. Que 33 diputados, que ya se van, se sometan al patrón y 34 se enterquen, no significa que tienen razón. Eso creo yo.