LA POLITICA Y LOS JUEGOS VIEJOS.

Por Armando Ojeda.

La vida corre y desprende inmisericorde las hojas del calendario.
Un calendario que pareciera ser deshojado de manera más pronta de lo que antes nuestra placentera existencia lo percibiera.

Y corren en ese proceso de prisa los minutos, para dar vida a las horas, y que estas a la vez, lleguen a parir con inmediatez los días, mismos que corriendo llegaran para engendrar las semanas.

Si, esas semanas que parten también de manera expedita hacia el infinito de los tiempos, no sin antes haber fertilizado los óvulos que traerán a nuestro universo los meses, padre y madre de los años.

En efecto, esos años que sin grandes aspavientos, se van acumulando en la humanidad de todos los seres vivos, hasta ser tantos que su peso merma, doblega y pauta nuestra energía corporal, pero nunca las grandes emociones que los recuerdos vividos nos obsequian para el deleite propio.

       LA POLITICA Y LOS JUEGOS DEL AYER.

¿Pero a qué viene ese inexplicable Soliloquio en que el escribano de esta columnilla ha caído este día?.

La pregunta es tan válida, como necesaria es la explicación.

Mi extraña referencia a lo que pudiera ser la ruta del tiempo, tiene su origen en mi observancia de los acontecimientos derivados del actual proceso electoral.

Un proceso en que, los hombres y mujeres de mi patria, discuten, proponen, pactan y luchan por los espacios de poder, cayendo en una especie de juegos perversos, que de alguna manera me recuerdan los lejanos tiempos de mi época infantil, y que a continuación expongo.

1.- EL CINTO ESCONDIDO, fue un entretenido y divertido juego infantil de mis ayeres, pero que hoy en día, puede ser aplicable a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional.

Solo que el instrumento sirve ahora, para disciplinar a los aspirantes a cargos de elección popular que resulten incomodos para ciertas personas o grupos de poder.

LOS ENCANTADOS, en este caso, el vejo entretenimiento infantil, puede ser estrictamente aplicado a todos aquellos o aquellas que han sido enlistados en los primeros lugares de las llamadas candidaturas plurinominales.

LA RABIA, este juego fue muy común entre la plebada de las rancherías, y consistía en corretear a un determinado objetivo humano por patios, calles, veredas y montes hasta tocarlo para pegarle la consabida rabia.

En el mundo político actual, se puede aplicar a quienes han correteado incansablemente una candidatura sin resultados positivos, quedándose al final de cuentas llenos de RABIA.

EL PALO ENCEBADO, este viejo y conocido juego, sigue siendo practicado en algunas celebraciones pueblerinas, sin embargo, en la práctica de la política moderna, seria aplicado para los que por muchos años han insistido en conquistar el premio de una candidatura, pero que no obstante la solidaridad de algunos cuates, cuando piensa que ha logrado su propósito, se resbala y da con sus huesos en el suelo.

LAS CEBOLLITAS, era un juego de resistencia, donde el chamaco más fuerte se abrazaba del tronco de un árbol, mientras otros participantes se colocaban detrás formando una especie de cadena humana.

La lucha era el evitar que otro grupo de competidores los empezara a jalonear buscando despegarlos del tronco.

En el mundo político actual, el viejo juego de las cebollitas se replica de manera evidente, cuando observamos a ciertos personajes que abrazados del horcón de en medio, por más jaloneos que le den, se aferran y evitan ser arrancados.

EL YOYO, este popular juguete, utilizado por chicos y grandes, no requiere de explicación, ya que hasta la fecha algunos chamacos lo practican.

En los términos político electorales, este instrumento de juego y diversión, se aplica para algunos personajes que por años han seguido aferrados al poder, alegando siempre que; “Yo soy el mejor…Yo convengo…Yo tengo que ser…Yo quiero repetir.

Lo dicho, en la lucha por el poder, aunque pasen y pasen los días, meses y años, seguimos observando la historia de siempre…Nos veremos enseguidita.