Para ser el estado en el que Morena ganó el gobierno con mayor holgura, el recibimiento al presidente López Obrador, en las afueras del hotel El Cid en Mazatlán, debe haber provocado el pensamiento de “no me ayudes compadre”.


La entidad federativa que se había convertido en bastión morenista, se ha transformado en un polvorín en el que ya no tiene seguro, en este 2024, el triunfo en los ayuntamientos, ni la mayoría en el congreso o los cabildos.
Se han cometido más errores de los necesarios, se han abierto más frentes de los que se pueden atender e iniciado pleitos que no se han podido ganar.
Ante los gritos de “fuera Rocha”, AMLO se vio obligado a palmear la espalda del “gober” y comerse un sapito, cuando lo que esperaba eran los deliciosos mariscos sinaloenses que le habían prometido.
La declaración de “no es como, es mi hermano”, solo dejó ver la urgente necesidad de ponerle una tablita a Rocha Moya, para que flote en medio de una inundación de problemas en los que está metido el nuevo “hermano incómodo”.
Este hermano incómodo ha logrado en 2 años lo inimaginable. Deshacer la alianza ganadora del 2021, no solo para desatender cualquier pacto firmado por la dirigencia nacional del movimiento-partido que, en lo local, dirige desde la semanera, que se paga con el erario público; sino llevarla a un enfrentamiento que provocó lo sucedido este viernes 23 y sábado 24 de febrero.
La estrategia es tan mala que, a estas alturas, en que se están definiendo, en la corte, los primeros pleitos en los que se metieron, están empezando a caer en los ridículos que se pronosticaban, como en el caso del alcalde de Culiacán. Tan mal ejecutado que ya fueron obligados por un juez a desdecirse en cuestión de uno de los juicios políticos.
Una de las peores situaciones es que hay quienes comparten o defienden posiciones que saben perfectamente que son falsas, argumentando que todo se resume a la intención de defender la corrupción, pues no hay ningún otro motivo para manifestar molestia ante el presidente de México. Cuando razones de inconformidad hay muchas.
No mi Cecy, no es cierto que la salud sea igual o mejor que en Dinamarca, lo sabes. La atención médica está en su peor momento, con las peores administraciones de la historia.
Ni agua para tomarse una pastilla hay en el IMSS, me consta.
Los centros de rehabilitación, como el CREE en Culiacán, están en el abandono, y etc., etc.
Las viudas de los policías siguen en su lucha, ya desengañadas y viendo que prometer no empobreció masque a ellas y sus familias. Pregúntenles directamente para que se enteren.
Lo que queda más que evidente es que, en el caso de la UAS, ahora sí se toparon con una institución que no va a dejar que le pongan el pie en el cuello, como Feliciano Castro a los 33 diputados locales que solo se agachan y se van de lado. O los funcionarios que se muerden un ojo al ser parte de éste pésimo gobierno. Eso creo yo.