El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentra sumido en una maraña de mentiras y traiciones en el municipio de Navolato. Parece que sus líderes han decidido subir a Ivette Valenzuela al escenario político, solo para luego entregarla como si fuera una simple ficha de ajedrez. Esta práctica de engaño y deslealtad se ha vuelto habitual para el PRI, dejando en evidencia la falta de principios y el afán de quedar bien con las altas esferas del poder.
Ivette Valenzuela, una regidora conocida en todo Sinaloa, se ha destacado como una voz de oposición en medio de una administración sumisa y complaciente. Durante el informe de Paloma Sánchez, fue ampliamente solicitada por simpatizantes de todo el estado, quienes anhelaban tener a alguien como ella en sus respectivos municipios. Sin embargo, pareciera que el PRI ha decidido traicionar a su único cuadro valiente y combativo, que se ha enfrentado al poderoso Morena.
Recientemente, el PRI y sus dirigentes han anunciado a bombo y platillo un cambio de rumbo hacia un candidato masculino. Sin embargo, la falta de transparencia y claridad en este proceso deja muchas dudas en el aire. Se rumorea que el elegido podría ser la hija de Evelio Platas, lo cual solo refuerza la idea de que el PRI está más interesado en mantener el poder en manos de unos pocos que en escuchar y representar a la ciudadanía.
A estas alturas, parece difícil que Ivette Valenzuela pueda obtener la candidatura, a menos que se la ofrezcan como un mero acto de fachada. El olor a mentira y a puñaladas por la espalda está impregnado en el ambiente, lo cual desanima a cualquiera que tenga un mínimo de integridad y ética. ¿Qué clase de partido político es aquel que premia la deslealtad y el engaño?
Pero esto no es el final de la historia. A Ivette Valenzuela le queda un camino por recorrer, al menos dentro del PRI. Podría ser incluida en las listas de mujeres que integran las plurinominales, en un intento desesperado por contar con el apoyo de una regidora opositora. Sin embargo, no sería sorprendente que busque otras opciones fuera del tricolor, ya que se han conocido propuestas provenientes de otros partidos políticos. Las cosas parecen ir de mal en peor para el PRI, cuyo domicilio se encuentra en el madero.
En última instancia, todo esto es culpa de una nueva generación de políticos que priorizan el dinero y el poder por encima de los principios y el bienestar de la ciudadanía. López y Rocha son solo una muestra de esta lamentable realidad que aqueja al PRI y que ha llevado al partido a un estado de decadencia y desesperación. Es hora de que los militantes y simpatizantes del PRI reflexionen sobre el rumbo que ha tomado su partido, y exijan un cambio real y verdadero compromiso con la honestidad, la transparencia y el servicio a la sociedad. De lo contrario, el PRI seguirá perdiendo credibilidad y arrastrándose hacia su propia irrelevancia en el panorama político nacional.