Los priistas quieren certidumbre y la presidencia ya no se les otorga y la buscan en cualquiera.

El Partido Revolucionario Institucional ha dado en el clavo al elegir a Enrique Díaz como su delegado en Sinaloa. Sin duda, es el candidato perfecto para llevar al partido al borde del abismo electoral. ¡Qué emocionante es presenciar semejante hazaña!

En primer lugar, es importante resaltar la tradición del PRI de enviar delegados foráneos en cada elección. Era algo tan inesperado que generaba emoción entre los militantes. Pero, en esta ocasión, decidieron romper con la costumbre y mandar a un local, Álvaro Ruelas. ¡Qué sorpresa nos llevamos! Sin embargo, su estadía fue efímera. Fue despedido sin previo aviso y desapareció por completo. ¿Dónde estará ahora? Seguramente disfrutando de su merecido descanso en algún lugar desconocido.

Pero, lo peor aún estaba por venir. ¿Quién iba a ser el nuevo delegado? ¡Nada más y nada menos que Enrique Díaz! Un auténtico experto en perder elecciones. Este personaje tiene la habilidad innata de llevar al partido al borde de perder el registro. ¡Todo un talento!

Desde su llegada al PRI de Nayarit, se podía prever el desastre que se avecinaba. Incluso el famoso delincuente Roberto Sandoval fue mucho mejor que el verdugo del PRI, pues Díaz tomó las riendas del partido en el 2017 y perdió todo. Dos gobernaturas, todas las alcaldías, ¡incluso la capital! Los números hablan por sí solos. ¡Un rotundo fracaso!

Para constatarlo, basta con preguntar a los candidatos a las alcaldías y a los dos ex aspirantes a la Gobernatura. Seguro tienen muchas anécdotas interesantes para contar sobre la gestión de Enrique Díaz. ¡Qué emocionante será escuchar las historias de cómo llevó al partido al borde del abismo!
Y con esto nos hacen pensar que esto ya se entregó, que ya se pactó y todo después de ver cómo andan mendigando migajas, como se pelean el hueso como si tuviera carne. Lo que sí no se puede negar es la conexión de carácter que tiene el super perdedor (perdón, delegado quise decir) con la dirigente Paola Gáfate y súmele la poca credibilidad de la ciudadanía al PRI y más aún, vea a su candidata que no conoce más allá de Mazatlán. Y para acabarla de chingar, le mandan al simpático de Eduardo Ortiz. Y así podríamos seguir platicando de cómo el zopilote anda rondando los rumbos del Madero. Seguramente ya le dio el olor a muerte.

En resumen, el PRI ha encontrado en Enrique Díaz al salvador que los llevará a la gloria de la derrota. Si sigue con su racha perdedora, podríamos estar hablando de la desaparición total del partido en Sinaloa. Es tan emocionante presenciar este espectáculo de fracasos políticos. ¡Enhorabuena al PRI por su acertada elección! Sin duda, el sarcasmo está a flor de piel mientras observamos cómo el partido se autodestruye. ¡Qué futuro tan prometedor nos espera!