La actividad física es la clave para mantener en buen estado los huesos y músculos, entre otros beneficios
Hacer actividad física regularmente es una de las cosas más importantes que puedes hacer por tu salud, pues trae grandes beneficios al cuerpo sin importar la edad, las habilidades, la etnicidad o la forma y tamaño del cuerpo.
Si tienes dudas de cómo comenzar o aumentar tu nivel de actividad física porque tienes miedo de lastimarte, es relevante que sepas que la actividad aeróbica moderada, como caminar, es segura para la mayoría de las personas.
La actividad física también mejora la salud cerebral, mantiene tu peso en equilibrio, reduce enfermedades, fortalece tus huesos y músculos y mejora tu habilidad para hacer actividades cotidianas.
Como ya lo mencionamos, sin importar la edad, es fundamental incluir algún tipo de ejercicio físico. Por ejemplo, existen actividades que ayudan a las mujeres mayores que padecen osteoporosis.
La osteoporosis es una condición que afecta a un alto porcentaje de mujeres mayores de 65 años; según reportes de las autoridades sanitarias, aproximadamente una de cada cuatro mujeres experimentan actualmente esta afección.
Tradicionalmente, se recomendaba a las personas con osteoporosis realizar ejercicios con poco peso y evitar actividades intensas para prevenir posibles fracturas óseas.
Sin embargo, investigaciones recientes han revelado que el ejercicio con pesas más pesadas puede ofrecer beneficios significativos a quienes padecen esta enfermedad.
La creencia anterior sugería que las actividades con poco peso eran la opción más segura para evitar complicaciones en los huesos debilitados. No obstante, el director de la División de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo de Johns Hopkins Medicine, Kendall Moseley, ha desafiado esta perspectiva.
Según Moseley, la mayoría de los estudios indican que mantener una vida activa contribuye a estabilizar la densidad mineral ósea, resaltando un ejercicio en particular. En un estudio reciente, se reunieron a 101 personas mayores de 65 años con baja masa ósea, muchas de ellas diagnosticadas con osteoporosis.
Estas personas fueron divididas en dos grupos: uno realizó ejercicios de baja carga y densidad supervisados, mientras que el otro llevó a cabo levantamiento de pesas más pesadas bajo supervisión médica.
Después de ocho meses, los resultados revelaron que aquellos que realizaron ejercicios con pesas más pesadas experimentaron un aumento significativo en la densidad de los huesos de la columna vertebral, en comparación con el grupo que realizó ejercicios de baja carga, que continuó perdiendo fuerza ósea.
El mecanismo detrás de este fenómeno se relaciona con la capacidad del hueso para responder al estrés generado por el ejercicio. Cuando los huesos se someten a cargas más pesadas, se producen microflexiones que estimulan a los osteocitos, activando los osteoblastos para generar más tejido óseo.
Este proceso contribuye a fortalecer los huesos, y es similar al mecanismo de curación de huesos rotos. Además de aumentar la densidad ósea, el estudio mostró otros beneficios para las personas con osteoporosis, como la reducción del riesgo de fracturas, fortalecimiento de los huesos de la cadera y la espalda, reducción del riesgo de caídas y aumento general de la masa ósea.
Con información de El Universal