Los perros aman las rutinas, como sus horarios de paseo y comida, si no se cumplen estarán molestos y ansiosos

Las personas que han decidido tener a un perro como mascota sabrán que se trata de animales muy fieles, incondicionales y amorosos. Prácticamente estarán sumando a un nuevo integrante de la familia y dando inicio a una convivencia que tiene sus reglas implícitas y que romperlas puede significar el enojo de un lado o del otro.

Los especialistas afirman que, los también conocidos lomitos ayudan mucho a quienes sufren de estrés y mejoran muchos aspectos de la salud de los humanos por el simple hecho de interactuar con ellos, según el National Institutes of Health.

Cabe mencionar que, en dicha convivencia debe quedar claro que los perritos no son muy independientes, a diferencia de los gatitos,, por lo que necesitan de sus dueños en muchas circunstancias. Es aquí donde aparecen algunas situaciones que pueden incomodar a nuestros amigos de cuatro patas y ponerlos tensos.

Al respecto, los veterinarios coinciden en que nunca debemos olvidar que los perros son animales y como tales mantienen sus instintos naturales. Por lo tanto, se trata de mascotas que pueden reaccionar de manera agresiva o esquiva si hay algo que les molesta u odian en la convivencia con los humanos. A continuación te damos un listado de aquellas cosas que a los perritos no les gustan de sus amos.

No mantener sus rutinas: los perros aman las rutinas, sus horarios de paseo y comida, el tiempo que duran sus actividades. Si no se cumplen estarán molestos y ansiosos.Cambios de normas: sucede cuando dejamos que nuestra mascota duerma en nuestra cama, pero luego se lo impedimos por mucho tiempo. El perro se acostumbra y aparece un apego. Si eso se modifica, tendrá una “ansiedad por separación”, según explica el experto Matías Wullich.

Ruidos fuertes: los perros tienen oídos muy sensibles por lo que los ruidos fuertes los hacen sufrir y no necesariamente tiene que ser el ruido de los fuegos artificiales.

Olvidar sus comidas: estas mascotas se acostumbran con facilidad al alimento, la misma cantidad y al mismo horario. Cualquier alteración de esto influirá en su estado de ánimo.

Dejarlos solos mucho tiempo: si nos ausentamos del hogar por varias horas o por el fin de semana, nos estarán extrañando porque adoran a sus amos, les gusta el contacto cariñoso y son muy amigables.

Tirar de sus bigotes o moverle el hocico: son actitudes que aunque parecen graciosas a ellos no les gusta. En ese momento entran en un estado de tensión y alerta que los puede hacer reaccionar de forma agresiva.

Mal humor: cuando tenemos un mal día o discutimos con alguien más, será detectado por nuestra mascota por lo que acumularán tensión y se sentirán mal.

Gestos sorpresivos: si los asustamos o aparecemos de golpe, lejos de sorprenderlos los pone tensos y ansiosos. A veces reaccionan agresivamente por instinto.

Vestirlos y bañarlos a diario: los perros odian que los bañen seguido porque su olfato es un poderoso sensor. Necesitan olerse y oler a los demás perros. Lo mismo sucede con la ropa, su naturaleza es otro