En Sinaloa, el Partido MORENA, abrió sus registros para quienes aspiran al cargo de Alcaldes, Regidores y Diputados locales.

El tiempo permitido por la convocatoria morenista, fue solo de dos días, sin embargo fue más que suficiente para que las emociones se desbordaran.

Cientos de personas corrieron a solicitar el boleto que les podría permitir el acceso a la contienda electoral del 2 de junio del 2024.

En esa vorágine social, se vio de todo; Inocentes muchos, románticos incansables, bastantes, lo mismo que abundantes e ilusos soñadores.

Lo importante para todos, fue que lograron la hazaña del registro.

Y en el frenesí de sus emociones se publicaron en las redes sociales mostrando orgullosos a su pueblo, el comprobante de su boleto pre electoral.

Igual lo hicieron los intrusos, es decir, aquellos que han irrumpido en las filas de la maquinaria de Morena, en busca del favor supuestamente pactado como pago por el cambio de rieles.

Y claro, en esa vorágine de apasionantes sueños guajiros, están inmersos los que llevan la bendición del “santo mayor”…Es decir, los buenos, revueltos con los que no serán.

Me refiero, por supuesto, a aquellos y aquellas que saben que la competencia democrática de perfiles políticos será solo un juego carnavalesco.

Un juego en el que las comparsas son solo figuras indispensables para hacer más florida la fiesta.

Pero, lo interesante es que el carro alegórico electoral ya está en marcha, y lleva a bordo siluetas carnestolendas que lejos de generar risas, gritos de júbilo y aplausos, lo que provocan entre el público, son enojo, disgusto y rechiflas.

Sobra decir, que en el uso de la metáfora del texto, las siluetas aludidas se refieren a los alcaldes, Diputados locales, legisladores Federales, Senadores de la Republica, y funcionarios de los tres niveles de gobierno.

Son, explico, personajes que salvo algunas excepciones, sin merecimiento alguno, y alejados de todo signo pudoroso, han salido a buscar su inexplicable reelección.

Le apuestan ellas y ellos en sus afanes reeleccionistas, sin duda alguna, al voto alcahuete de un pueblo que en los hechos, pudiera resultar más tonto que sabio.
¿Pero que se puede esperar si así hemos sido siempre?…Hasta aquí la dejamos…Nos veremos enseguidita.