En la política, las situaciones irónicas y contradictorias son moneda corriente. Y es que tarde o temprano, te encuentras cara a cara con aquellos que te han perjudicado o con aquellos a quienes has perjudicado. Esto quedó demostrado recientemente en el evento del PRI, donde el auditorio Benito Juárez se llenó de seguidores del partido aliado, el PAS.

Desde temprano, el lugar se fue llenando de vehículos. En un principio, pensé que eran los Uber, ya que se había dicho que no se permitiría la entrada de camiones. Sin embargo, la sorpresa fue descubrir que eran los pasistas quienes llevaban los cajones de estacionamiento y ocupaban el Benito Juárez. Minutos después, Héctor Melesio Cuén llegó acompañado de tres personas, y al entrar al lugar se escuchó un grito de “¡Se puede!”, al que los asistentes respondieron con un rotundo “¡Claro que se puede!”. Quedaba claro que Melesio se estaba llevando el evento.

Los priistas, fieles a sus costumbres, llegaron tarde. Aunque en esta ocasión no afectó mucho, ya que no eran muchos los que llegaron y los lugares ya estaban ocupados por los seguidores del PAS, su nuevo aliado.

Alguien desde adentro comentaba que afuera estaba Malova, causando revuelo con su presencia en el informe. No tanto como Cuén, pero sí más que los priistas que llegaban, quienes no hacían mucho ruido.

El mensaje de Paola fue eso, un mensaje en el que se habló mucho pero se dijo poco. Pero esto ya no nos sorprende, estamos acostumbrados a su participación. El diputado Rubén Moreira comenzó su discurso con una afirmación que generó risas: que ganarían todas las diputaciones locales. Luego, mencionó que Paola es una mujer que prende el ánimo de los priistas, lo cual fue silenciado por los gritos de “¡Cuen, Cuen, Cuen!”, algo que obligó a Moreira a mencionarlo.

Esto nos hace recordar aquel dicho de “ese no es maestro, es un profe cualquiera”, que tanto daño le hizo a Sinaloa. Terminó aquello que decían los que hoy dirigen el PRI, que Malova era lo peor, que había acabado con el campo y los pescadores, que estaba lleno de corruptos, y así podríamos seguir. Por eso, no es bueno escupir hacia arriba, ya que lo más probable es que la saliva caiga sobre ti. Los priistas tuvieron que tragarse sus palabras y hoy solo pueden bajar la cabeza.

La ironía de la política se hace evidente en situaciones como esta, donde aquellos que alguna vez fueron perjudicados o criticados, ahora se encuentran en posiciones de poder y son ellos quienes perjudican o critican a otros. Es un juego de poder y oportunidades que cambia constantemente, dejando a los ciudadanos con la sensación de que los políticos solo buscan su propio beneficio.

En este caso, el PRI se alió con el PAS, un partido que en el pasado había sido criticado y señalado por su líder, Héctor Melesio Cuén, quien ahora se encuentra en el centro de atención y se lleva el protagonismo en el evento. Los priistas, por su parte, tuvieron que tragarse sus palabras y aceptar la presencia de Cuén y su partido en el evento.

Esto nos muestra que en la política no hay amigos ni enemigos permanentes, solo intereses cambiantes. Los políticos están dispuestos a aliarse con quien sea necesario para mantener o alcanzar el poder, sin importar las críticas o los perjuicios que hayan causado en el pasado.

Es una ironía que los ciudadanos deben enfrentar constantemente, ya que ven cómo aquellos que alguna vez supuestamente  los perjudicaron o engañaron, ahora se presentan como sus salvadores o defensores. Es un juego de máscaras y promesas vacías que solo busca mantener a los políticos en el poder, sin importar las consecuencias para la sociedad.

En conclusión, la política está llena de ironías y contradicciones. Los políticos cambian de aliados y enemigos según sus intereses, dejando a los ciudadanos con la sensación de que son meros peones en un juego de poder. Es importante estar alerta y no dejarse engañar por las promesas vacías y las alianzas temporales, ya que al final del día, los políticos siempre buscarán su propio beneficio.