En el panorama político actual, el partido Morena parece tener casi definidos a sus próximos candidatos al Senado, mientras que el frente amplio conformado por PRI, PAN y PRD  parece estar dejando de lado a su mejor carta. Esta situación plantea interrogantes sobre las estrategias y posibilidades de ambos bandos de cara a las próximas elecciones.

En el caso de Morena, no es sorpresa que Enrique Inzunza e Imelda Castro sean considerados como los candidatos más fuertes. Desde el principio, se había especulado que Inzunza encabezaría la fórmula por los hombres, mientras que Imelda hizo lo propio con su cabildeo en la Ciudad de México. Sin embargo, resulta llamativo cómo aquellos que levantaron la mano como posibles candidatos, rápidamente la bajaron, lo cual no es algo extraño en la política, pero sí genera cierta incertidumbre sobre la transparencia del proceso interno de selección.

Por otro lado, el frente amplio parece estar enfrentando dificultades para definir a sus candidatos. La ausencia de una estrategia clara y la posible exclusión de Héctor Melesio Cuén Ojeda, considerado como su mejor carta, plantea dudas sobre las intenciones y la capacidad del frente para competir en las elecciones. Si la intención es entregar nuevamente la elección, como se sugiere, esto podría generar descontento entre los votantes y debilitar aún más la posición del frente amplio en Sinaloa.

Además, la presencia de Cuén con posible respaldo de Movimiento Ciudadano complica aún más las cosas para el frente amplio. Figuras políticas como Malova, Mario Zamora y Pío Esquer tendrían que enfrentarse a un candidato con una base sólida y el respaldo de un partido político adicional. Esto sin duda representa un desafío para el frente amplio, que deberá buscar alternativas sólidas y convincentes para enfrentar esta situación.

En este contexto, las mujeres podrían jugar un papel importante en el frente amplio. Paloma Sánchez (aún no se destapa) y Erika Sánchez son dos figuras importantes. De ellas, Erika ya levantó la mano y podría encabezar la fórmula. Sin embargo, aún queda por esperar unos días más para conocer el destino de estas dos importantes corrientes políticas en Sinaloa. La definición de los candidatos será crucial para el futuro de ambos bandos y para el desarrollo de las próximas elecciones.

Tal pareciera que el frente amplio solo está buscando asegurar las posiciones plurinominales y con eso perder la poca, muy poca, credibilidad que le queda al PRI. Sin embargo, aún queda por ver qué opinan los otros partidos como el PAN y el PRD. Estas decisiones podrían tener un impacto significativo en la percepción de los votantes y en el resultado de las próximas elecciones.

En conclusión, Morena parece tener una mayor claridad en la definición de sus candidatos al Senado, mientras que el frente amplio enfrenta dificultades y deja de lado a su mejor carta. Estos movimientos políticos plantean interrogantes sobre las estrategias y posibilidades de ambos bandos, y generan incertidumbre sobre el futuro de la política en Sinaloa. Solo el tiempo dirá cómo se desarrollarán los acontecimientos y cuál será el impacto de estas decisiones en las próximas elecciones.