Convocamos a que las mujeres se fortalezcan y amplíen su participación política, que protagonicen el humanismo solidario, la otra política, el amor humano, invitó el diputado Feliciano Castro Meléndrez.
Durante la entrega del Premio a la Mujer Rural Sinaloense 2023, que tuvo lugar este martes en el Congreso del Estado de Sinaloa en Sesión Solemne, el presidente de la Junta de Coordinación Política retomó en parte una de las demandas de la ganadora Yanett Miranda Castro Medina.
“Necesitamos modificar el modelo de desarrollo rural, que se ha socavado y que no se circunscribe a la compra de un motor o de una panga”, pero le agregó que también “se requiere de la restauración del sector social de la economía y también reivindicar otra política en este país, que esté vertebrada principalmente en la bondad, en el amor humano, para ser felices, de eso se trata y esa debe ser la convocatoria”.
La convocatoria –remarcó—es que a partir del amor de las mujeres que crezcan y amplíen su presencia y habiten la política, la otra política, la del amor humano, la política del humanismo solidario porque es ésta justamente el espacio más universal. Y en Sinaloa tenemos lo principal: la bondad y la cultura, y esa es la condición de la otra política”.
En su intervención, el diputado Feliciano Castro expuso diversas imágenes de mujeres sinaloenses, entre las que incluyó su madre, de quien recordó que desde antes de que saliera el sol, ya había atizado la hornilla, hecho tortillas y preparado el lonche que llevaría al corral en donde ordeñaría las vacas.
La mujer campesina, explicó, tiene jornadas múltiples, no doble jornada. De ahí nace uno de los principales patrimonios de los sinaloenses: la bondad.
Con Yanett Miranda coincidió que la pesca es cultura, y agregó que también es bondad, virtud de la que puntualizó que se cultiva en la sierra, el valle y el mar.
Otra imagen que proyectó en su discurso, es la de Amalia Mejía, de quien precisó que es mujer Yoreme, de la comunidad de Santa Teresita, del municipio de Ahome.
Ella, dijo, tenía una profunda filosofía, que habla que la educación no se circunscribe a las aulas, que está en la casa, y que la gente del pueblo y las mujeres rurales son educadoras.
Son estas mujeres, añadió, las que nos convocan, como las jóvenes y adultas del maíz en las comunidades rurales, que son quienes preservan la genética del maíz, abonando a la alimentación.
A estas imágenes, entre otras, le añadió la de la niña indígena parada frente a un tendido de chanclas de hule, deseándolas pero sin tener dinero para comprar.
Esta imagen, dijo, se ve en Villa Juárez, Navolato y en otras comunidades.
Es por eso, remarcó, que la convocatoria es para que las mujeres crezcan y amplíen su presencia en la política, la otra política, la del amor humano.