En el México de hoy, los abrazos matan razones y disfrazan realidades, sin que a nadie parezca preocuparnos.

Los balazos por su parte, matan vidas y enlutan hogares, sin que la solución al problema se vislumbre a corto plazo.

Son ambas, dos realidades letales y dramáticas, en las que muchos reparamos, pero pocos mostramos un real interés por combatirlas.

Son, pues, dos realidades que matan ilusiones y desdibujan esperanzas de un futuro mejor, pero que a la vez nos muestran ante el mundo como una sociedad sumisa y omisa a los grandes problemas que nos aquejan.

El proceso electoral que de manera anticipada dio señales de vida en el entorno nacional, vino también a mostrarnos una tercera realidad.

LA POLARIZACION SOCIAL, cuyos efectos observamos con certeza mediante una lucha político electoral que se libra desde estos momentos de todos contra todos.
Y México, sigue siendo como históricamente lo ha sido, el botín en disputa.

Los Partidos políticos, evidentemente indispuestos para ganar por si solos la elección presidencial, se parten en DOS bandos, de TRES Partidos cada uno, para enfrentar la elección del próximo año.

Las ideologías, los pensamientos políticos, las luchas sociales, y los objetivos que dieron vida y forma al nacimiento de los Institutos políticos, parecieran haber muerto.

Han sido asesinados al parecer por la avaricia y las ansias de poder de sus propios creadores y patrocinadores.

Los abrazos que comparten entre si los presuntos amigos, compañeros y camaradas de las alianzas políticas, no representan afectos, ideales, ni simpatías reales entre ellos.

Esos abrazos, son manifestaciones letales para la democracia real, porque solo coinciden en una sola lógica.

Es decir, la lógica de conservar unos, y conquistar otros, el ansiado poder de las instituciones.
Y en esa lucha anticipada por el poder, surgen las listas con los nombres de las, y los actores, que aspiran a las candidaturas que estarán en juego.

Nombres, que debemos decirlo, son expuestos desde la óptica de las simpatías personales de encuestadoras, analistas políticos, columnistas y especuladores de los distintos medios de comunicación y las redes sociales.

Sobra decir, que los nombres de los prospectos reales, y de aquellos que sin grandes posibilidades de ser tomados en cuenta buscan sumarse a la revuelta electoral, son lo que sobra.

Y es ahí donde se observa el surgimiento de esa especie de prostitución política y polarización en que suelen caer los procesos electorales.

No se le puede llamar de otra manera al hecho de que muchas candidaturas son negociadas por influencias no solo de carácter político, sino también promovidas desde sectores empresariales y sociales que impulsan aspiraciones infundadas de amigos, parientes e incondicionales.

Es pues indudable que en la rebatinga de candidaturas que desde estos momentos se está generando, surgirán los nombres de ciudadanos y ciudadanas sin el perfil político y profesional, y sin la capacidad, ni preparación indispensable para trabajar y luchar por la atención de las demandas sociales.

Es, creo yo, en ese punto donde, el día de las elecciones, los electores mexicanos tendremos la histórica oportunidad de razonar muy bien el sentido de nuestro voto.

Desde mi punto de vita muy personal, creo que la ciudadanía que damos vida a esta Nación, tendremos que pensar más en México que en los Partidos políticos y las ofertas de candidatos malos e improvisados.

El elector tendrá tiempo suficiente para analizar concienzudamente, no solo los perfiles y trayectoria de los candidatos y candidatas, sino su historia de vida, su preparación, su vocación de servicio, y por supuesto su conocimiento del entorno del Estado y sus municipios.

La mejor encuesta, será la que nos dicte nuestra inteligencia y capacidad para investigar a quienes habrán de aparecer en las boletas electorales, y en base al autoanálisis, tomar la mejor decisión.

Y es que el voto ciudadano ya no debe ser de facto por los Partidos, sino pensando en la familia, los hijos, y desde luego nuestro País… El voto futuro tendrá que ser por Sinaloa y por México.

Quizá a mis escasos lectores les parezca prematuro el abordar el tema de la elección del año venidero, sin embargo, la forma y rumbo en que la lucha pre electoral se está desarrollando, me lleva este día a exponer mi opinión del momento.

Finalmente diría yo, que el elector tendrá el 2 de junio del 2024, la gran oportunidad de elegir entre dos interesantes opciones.

1.-¿ VOTAR POR MAS DE LO MISMO DEL GOBIERNO DE HOY?.

2.-¿ VOTAR POR MAS DE LO MISMO DE LOS GOBIERNOS DEL AYER?.

¿ O habrá acaso, como diría “El Piporro”, alguna opción política que pudiera no ser, ni una cosa, ni la otra?.
Las coyunturas se tornan por demás interesantes…Nos veremos enseguidita.