Un día estábamos en medio del caos y comenzamos a hablar sobre el tema del COVID-19, algo que no entendíamos pero sabíamos que estaba cobrando muchas vidas sin importar la edad, la posición académica o económica. Incluso se llevaba a aquellos que podrían habernos salvado, como el personal de salud. Fue en ese momento cuando no pudimos evitar sentir miedo, ya que hasta  el saludo cambió nuestras vidas por completo cambio. Llegó al punto en el que las empresas que intentaban sobrevivir durante el confinamiento se adentraron en la tecnología. Podías ver cómo se compraba, vendía y hacía todo lo que las plataformas digitales permitían. Muchos no pudieron mantenerse a flote y terminaron cerrando sus negocios. Los gobiernos enviaron al personal a sus hogares, a todos con gel antibacterial y cubrebocas.

Sin embargo, había un sector que no podía dejar de estar presente físicamente, aquel que debía estar para salvar la mayor cantidad de vidas posibles. Por vocación, estos héroes de la humanidad, el personal de salud, médicos, especialistas, camilleros, personal de limpieza, en fin, todo el sector, merecían nuestra admiración. Todos teníamos nuestros ojos puestos en ellos, ya que a diario veíamos en las redes sociales las condolencias para los empleados de salud. Sabíamos que eso no importaba, el COVID-19 se había vuelto fuerte y se tuvo que recurrir a pasantes y estudiantes con la promesa de brindarles un lugar seguro y estable en el futuro. Y cómo no, si se lo merecían y aún lo merecen en la actualidad. Parece que al gobierno federal se le olvidó que familias enteras lloraban la pérdida de sus seres queridos, pero se sentían orgullosos de saber que muchas vidas, incluyendo las de aquellos que hoy les niegan seguridad laboral, fueron salvadas gracias a los trabajadores de la salud.

En Sinaloa, se realizó un gran trabajo gracias al Dr. Covid Cristhian Aldo Muñoz Madrid, quien no duda en reconocer y exigir lo que se les prometió a aquellos que no tenían una base laboral. Siempre reconoce el esfuerzo, la valentía y el sacrificio de los trabajadores que arriesgaron sus vidas durante la pandemia.

Se sabe que las bases y la seguridad laboral son responsabilidad del gobierno federal, sin embargo, el gobierno de Sinaloa también se involucró en el tema al destinar presupuesto para nuevas bases. El problema radica en a quiénes se les otorgan y por qué. Los reclamos por parte del sector que perdió sus vidas durante la pandemia se han vuelto constantes, ya que el gobierno federal les dejó claro que mintió y que las plazas son para sus amigos, no para ellos. Aquí hay una declaración de los manifestantes: “Hablamos de personal que tiene más de 11 o 12 años de experiencia, quienes expusieron sus vidas durante la pandemia del COVID-19, pero la Secretaría de Salud decidió otorgar las bases a personal de nuevo ingreso”, señala López Prado… inf. Cuadratin 

La indignación del personal de salud que quedó excluido es enorme, ya que esta era una oportunidad para consolidar su permanencia en los centros de salud, unidades de salud y hospitales.

Hoy, el Secretario de Salud tiene un desafío, que es cumplir y hacer cumplir las promesas hechas al sector salud, a esos ángeles que, a pesar de todo, entregaron sus vidas con una promesa incumplida. Ahora, la solución está en manos de Cuitláhuac González Galindo, quien se comprometió a resolverlo a más tardar el martes de esta semana.

Por mi parte, solo puedo decir gracias a todos los que trabajaron y siguen trabajando en ese noble sector de la salud, pero también tan olvidado cuando ya no les sirve.