Cuando iniciaron las campañas por las candidaturas, de manera clara, aunque le pongan el nombre que gusten y deseen, hace 18 meses, por un lado, y desde julio de este año por el otro; generaban la ilusión de abrir los procesos a la ciudadanía y ser reflejo de lo que los mexicanos buscamos en la persona que encabezará el poder ejecutivo federal a partir del 1 de octubre de 2024.
La pulcritud del proceso duró muy poco. En el grupo de Morena, PT, Verde; el actual presidente metió las manos desde el primer momento y ensució la elección de la candidata, que solo faltó ponerla sola en una tómbola.
Ante la cantidad de rebuznos de parte de Andrés Manuel, queda la ligera esperanza de que “el pueblo bueno y sabio” sea quien elija al abanderado tinto y no “mi dedito”.
Ya lo dijo el propio Marcelo Ebrard, hay acciones ilegales, inmorales e inapropiadas de parte de la presidencia nacional de Morena y de las instituciones del gobierno federal a favor de Claudia. Hay dudas de la pulcritud en la encuesta que se avecina.
La selección está contaminada.
Marcelo y Monreal, para mi gusto, deberían de ser las propuestas por la candidatura de Morena y sus aliados.
Por el rumbo del Frente, de inicio nos ofrecieron un proceso ciudadano, acompañado de los partidos PRI, PAN y PRD, pero encabezado por la gente, por los sin partido.
Esa propuesta inicial terminó convertida en una lucha interna entre el PRI y el PAN. Desvirtuando la idea original.
El llamado de Alito Moreno, a apoyar a Beatriz Paredes, debió ser a elegir libremente, a votar por el candidato que les pareciera mejor, a revisar la carrera y las propuestas de los aspirantes; no a acuerparse como tribu y luchar por su única apuesta, su candidata del PRI.
A esta etapa debieron llegar los mejores, los que generen confianza, los que demuestren madurez política, los que tengan la capacidad de revertir los efectos de las ocurrencias de AMLO, aunque sea de su propio partido.
Porque, aunque sean correligionarios, es innegable que, en salud, educación y seguridad, cada vez estamos más lejos de Dinamarca.
Los ciudadanos nos encontramos frente a 2 escenarios que no dejan opciones agradables. Lo que imponga Andrés Manuel y lo que decidan el PRI y el PAN. No se ve un futuro brillante. La tercera opción, el MC, anda peleándose por sus propias canicas.
En un México al que le urgen liderazgos que reúnan las cualidades para resolver y no crear más problemas para los padres de familia, los empresarios, los productores, los jóvenes, etc., etc. los institutos políticos se aferran en seguir siendo lo que ya no queremos, ni necesitamos, quienes todos los días tenemos que imaginar cómo saldremos de las cuentas por pagar. Eso creo yo.