Hace más de dos años, me enfrenté a un problema de salud que me hizo reflexionar sobre la importancia de cuidarnos a nosotros mismos. Una dolencia en la garganta me llevó a replantear mi estilo de vida, dejando atrás malos hábitos y adoptando una actitud más consciente hacia mi salud. Sin embargo, hoy me encuentro cuestionando la responsabilidad del gobierno en la gestión de la pandemia del COVID-19.
Recientemente, se ha anunciado el regreso del virus en México, generando polémica y preocupación en la población. La UNAM ha alertado sobre cambios en el comportamiento de la enfermedad y el aumento de casos positivos en junio. Especialistas advierten que el virus está regresando con una fuerza similar a la que nos arrebató a tantas personas cercanas.
En este contexto, me pregunto por qué el gobierno no ha tomado medidas más efectivas para combatir la enfermedad. ¿Por qué no se implementó una estrategia de prevención más sólida desde el principio? ¿Por qué no se preparó un fideicomiso para enfrentar la embestida del virus, en lugar de destinar recursos a programas sociales que, aunque necesarios, no son prioritarios en este momento?
Además, es preocupante ver cómo los hospitales siguen sin estar adecuadamente equipados y el personal de salud, que ha arriesgado su vida en la primera línea de batalla, sigue sufriendo. Muchos han sido despedidos y aquellos que se les prometió una base laboral siguen luchando por conseguirla. ¿Por qué no se ha brindado el apoyo necesario a quienes han dado todo por cuidar de nosotros?
Otro aspecto que no puedo ignorar es la falta de medicamentos, tanto para enfermedades como el cáncer, como para tratar la ansiedad. ¿Por qué no se ha garantizado el acceso a estos medicamentos esenciales? ¿Acaso la salud de los mexicanos no es una prioridad para el gobierno?
Es evidente que al gobierno federal le ha faltado compromiso y responsabilidad en el manejo de esta crisis sanitaria. Mientras tanto, muchos de nosotros hemos tomado medidas para cuidarnos y protegernos, pero la responsabilidad de enfrentar esta enfermedad recae en gran medida en el gobierno. Ningún programa social podrá superar la gravedad de esta pandemia que ha dejado en luto a tantas familias.
Es momento de exigir respuestas y acciones concretas por parte de nuestras autoridades. La salud de los mexicanos no puede ser ignorada ni subestimada. Es hora de que el gobierno asuma su responsabilidad y tome medidas efectivas para proteger a la población.
En lo personal, aprendí que la responsabilidad individual es fundamental para cuidar de nuestra salud, pero también es necesario que el gobierno cumpla con su deber de garantizar el bienestar de todos los ciudadanos. Solo así podremos superar esta crisis y construir un futuro más saludable y seguro para México.
La responsabilidad es compartida, y juntos podemos enfrentar esta pandemia. No dejemos que la negligencia y la falta de acción nos arrebaten más vidas. Es hora de exigir un cambio y trabajar juntos por un México más saludable.
¡Cuidémonos y cuidemos a los demás!