Una característica de los gobiernos y funcionarios de MORENA es la capacidad que tienen para contradecirse. Es muy fácil encontrar declaraciones en las que dicen una cosa y hacen otra. El Congreso del Estado de Sinaloa, y el Grupo Parlamentario morenistas, son una muestra clarísima de lo anterior.

En estos últimos días del periodo ordinario de sesiones, en su segundo año; parecen tener mucha prisa por aprobar un dictamen con el que se pretende reformar, adicionar y derogar diversas disposiciones de la Ley Orgánica del Congreso del Estado de Sinaloa.

El jueves próximo pasado se dio la primera lectura y se ha llamado a sesión extraordinaria para este lunes 31 de julio, día en que finaliza el periodo ordinario de sesiones, con la intención de darle segunda lectura y aprobarla.

No hay razón, o cuando menos no salta a la vista, al querer verla con buenas intenciones; para tener tanta prisa. Después de innumerables pifias ¿Qué puede pasar si no se cumple con el plan de aprobarla en este año legislativo?

En conferencia de prensa, de hace 2 días; el Diputado Feliciano Castro Meléndrez, a pregunta expresa, argumentaba que el dictamen no se había socializado, a pesar de tanto cacarear el parlamento abierto, ya que los sujetos activos ante tales reformas, los afectados directos, son los mismos diputados locales.

Permítame diferir, una vez más.

La forma, el marco legal, las condiciones y el contexto que se establezca en dicha Ley Orgánica, definirá las circunstancias en que se crearán, modificarán, enmendarán, eliminarán o agregarán las leyes de nuestro estado, y eso nos afecta a todos los sinaloenses, no solo a 40.

Además, queda claro que no han demostrado, en conjunto, ser unas lumbreras, cuando de legislar se trata.

Solo tocaré 2 asuntillos que me parece vale la pena traer a colación.

El primero es lo que presumen de que, a partir de la aprobación del dictamen, y su promulgación y publicación respectiva; cualquiera de los Diputados podrá presidir la Mesa Directiva, sin ser parte de la primera o segunda minoría, o formar grupo parlamentario.

Lo interesante es que en el texto vigente no existe prohibición al respecto. Claro que es mejor que exista la condición escrita explícitamente, pero, de eso a ser el gran cambio, no exageren.

Lo hacen ver como algo extraordinario porque se acostumbró utilizar lo señalado en artículo 57 fracción II, que es en relación a la presidencia de la Junta de Coordinación Política, nada que ver con la Presidencia de la Mesa Directiva.

Lo que están haciendo es corregir la ruta, no dando concesiones. Que también es bueno. Aunque también se están poniendo el huarache al agregar que la JUCOPO la presidirá el Coordinador del Grupo Parlamentario cuyo partido político haya obtenido por si mismo o en coalición…y cuente con la mitad más uno…presidirá este órgano durante los tres años…

En eso se vieron vivillos, a ver si no les sale cola.

El otro tema es el de los Grupos Parlamentarios.

Si bien es bueno que los Diputados que lleguen a esa posición de forma independiente puedan formar su propio grupo, de la misma forma los que decidan denominarse sin partido; existe la limitación de que solo en grupo partidista tendrán el reconocimiento de derechos y prerrogativas, además, no podrán asistir a las sesiones de la JUCOPO, como sucede actualmente, ya que solo lo podrá hacer su representante.

Si alguno decidiera no integrarse a ninguno de los grupos, pues quedará completamente huérfano, viéndose obligado a agruparse. En ese momento se acabó la pluralidad, integración e independencia.

Como estos 2 ejemplos, seguramente usted que lee este texto, tendrá alguna, o muchas, opiniones válidas.

Lo que pretendo dejar claro es que, si quien esto escribe, no siendo experto en la materia, encontró 2 temas que debieran llevarse a la discusión, imaginen lo que saltara si se hubiera permitido la voz a los verdaderos conocedores. Por eso no es bueno creerse lo que le dicen al oído.

Aceptando que los parlamentos abiertos que se han realizado en esta LXIV Legislatura han sido un fiasco, igual que en la LXIII, de todos modos, hubiera sido agradable que nos hicieran creer, una vez más, que les interesa escuchar la opinión de los demás, socializando las propuestas de enmienda a la Ley Orgánica del Congreso de Sinaloa. Eso creo yo.