(del latín: gladiator, de gladius ‘espada’), era un combatiente armado que entretenía al público durante la República y el Imperio Romano en confrontaciones violentas contra otros gladiadores, animales salvajes y condenados a muerte.
Algunos gladiadores eran voluntarios que arriesgaban sus vidas y su posición legal y social al presentarse en la arena. La mayoría eran menospreciados por ser esclavos, educados en duras condiciones, marginados socialmente y segregados incluso tras la muerte. Independientemente de su origen, los gladiadores ofrecían a los espectadores un modelo de la ética militar de Roma y, al combatir o morir con dignidad, podían inspirar admiración y reconocimiento popular.
Los juegos de gladiadores ofrecían a sus financiadores oportunidades de autopromoción extravagantemente caras pero efectivas, y ofrecían a sus clientes y votantes potenciales un entretenimiento emocionante a un bajo costo o sin coste alguno para ellos mismos. Los gladiadores se convirtieron en un gran negocio para los entrenadores y propietarios, para los políticos en ciernes y para aquellos que habían llegado a la cima y deseaban mantenerse en ella.
Un privatus (ciudadano privado), políticamente ambicioso podía posponer el munus de su difunto padre hasta el momento de las elecciones, cuando un buen espectáculo podía captar votos; los que estaban en el poder y los que lo buscaban necesitaban el apoyo de los plebeyos y de sus tribunos, cuyos votos podían obtenerse con la mera promesa de un espectáculo excepcionalmente bueno, cualquier aristócrata propietario de gladiadores contaba con una magnífica arma política a su disposición.
Mujeres gladiadoras
El que existan muy pocas fuentes primarias —todas referidas exclusivamente a la ciudad de Roma— y que los romanos ni siquiera tenían una palabra para designar a las mujeres que luchaban como gladiadoras, parece indicar que no era un hecho frecuente. En los años 60 d. C., las gladiadoras aparecen como algo inusual y como «figuras exóticas de un espectáculo excepcionalmente fastuoso». Los romanos parece que consideraban la idea de una mujer gladiadora original y entretenida, o totalmente absurda; Juvenal despierta el interés de sus lectores con una mujer llamada Mevia, cazando jabalíes en la arena «con una lanza en la mano y los pechos al descubierto», y Petronio se burla de las pretensiones de un ciudadano rico pero de clase baja, cuyo munus incluye a una mujer que lucha desde un carro o una carroza. Un munus del 89 d. C., durante el reinado de Domiciano, presentaba una batalla entre gladiadoras, descritas como «amazonas».
La moral romana exigía que todos los gladiadores fueran delas clases sociales más bajas.
Bueno, pues resulta que la política mexicana no ha cambiado nada a lo que se presentaba y se hacia dentro y fuera del coliseo romano. ¿Y por qué lo digo?, vemos todos los días que se sigue haciendo política, enfrentando de manera encarnizada a un grupo político contra otro. O peor aún, a una persona contra otra. Y haciendo amarres y alianzas por fuera para llevar el mejor espectáculo posible a los votantesen el 2024 y tener su favor.
En las últimas semanas hemos visto como AMLO, ha dedicado la mañanera día con día para hablar de Xóchitl Gálvez y llevarla de manera rápida a las preferencias rumbo a elegir a quien encabezará como candidat@ al Frente Amplio por México.
¿En que le ayuda lo anterior?, pues parece que su “corcholata” consentida nomás no levanta y si lleva a dos mujeres gladiadoras a contender por la Presidencia de la República, sin ninguna duda pasaría a la historia. Pero a cómo van las cosas se les está colando la otra “corcholata” y me refiero a Marcelo Ebrard, que de ser así, y no dudaría nada que así lo esté pensando AMLO. Pues el resultado sería garantizar la Presidencia para MORENA, aun con las desconfianzas que se perciben día a día, que no sería alguien que controlara como lo haría con Claudia Sheinbaum.
Lo que se busca es la continuidad al precio que sea.
En lo Estatal tampoco están las cosas como un día de campo rumbo a la elección del 2024.
El enfrentamiento frontal y sin ningún recato de Rocha Moya vs. Melesio Cuén, hace ver cada día que lo que se quiere a toda costa es impedir que el segundo llegue a las boletas de la próxima elección. Pero como Gladiadores del coliseo pone a pelear a muerte en ocasiones al Congreso del Estado o a la Fiscalía en contra de todo lo que representa de la UAS (bueno o malo). Y en otras a la Fiscalía del Estado a todo lo que huela a Cuén. Y por qué lo digo, todo ha sido público y además el video que circula en las redes donde Cuén hace señalamientos muy fuertes con nombre y apellido lo consignan. El tema aquí es que el diálogo hace mucho terminó y lo que sigue es llevar estos temas hasta sus últimas consecuencias.
SIN FILIAS.- Cada día que pasa el Frente Amplio por México, tratará de sumar a todo lo que hoy es oposición en el país para ir a las elecciones del 2024. Sinaloa no es la excepción, ya los diferentes partidos le han abierto la posibilidad al PAS, de ir juntos a la contienda del 2024.
NI FOBIAS.- Semanera. Este lunes le tocó al Secretario General de Gobierno, Enrique Inzunza Cázarez, dejar muy claro que el proceso judicial que lleva la UAS y FGE, seguirá de que hablar hasta que no se concluya con un fallo y quede muy claro a quien le asiste la razón. Con esta resolución veremos todos los Sinaloenses, si es un tema de rendición de cuentas o persecución política pura y llana.
“Alea iacta est (la suerte está echada)”, se atribuye esta frase a Julio César al momento de pasar el Rubicón.
CARPE DIEM, QUAM MINIMUM CREDULA POSTERO
VÍCTOR M. GANDARILLA G. / TWITTER @VMGANDARILLA