En Sinaloa también hay corcholatas aún no destapadas al público, pero que todos conocemos y, claro, sabemos el desmadre que han ocasionado en su intento de posicionarse, cosa que aún no ha sucedido, pues muchos tienen un pasado no muy bueno y el presente no los ha tratado tan bien.
En primer lugar, está el actual secretario general de gobierno, Enrique Inzunza, quien, debido a su cercanía con el gobernador, tiene poder absoluto en el gobierno. Lo podemos ver en todos los eventos acompañando al jefe en ese muestreo normal que se da cada 4 o 5 años, y cada semana está al lado de Rocha. Inzunza Cázares como Magistrado del Supremo Tribunal de Justicia, siempre tenía todo, pero jubilarse y dejar eso no fue difícil. Cuando vio la posibilidad, no dudó en enlistarse en el gabinete del actual gobierno morenista como secretario general de Gobierno, cargo que desempeña como si siguiera en el tribunal, y se dice que él lleva los hilos del poder del gobierno de Sinaloa.
El diputado Feliciano Castro llegó con todo al congreso. Muchos dicen que ya manejaba desde la otra legislatura, que Graciela solo daba la cara pero las decisiones las tomaba Chano. Según yo, no ha logrado ningún avance en el congreso, ya que los pleitos de lavadero avalados por él no permiten el desarrollo legislativo. Está empeñado en acabar con la UAS y el PAS, es como desperdicia el tiempo apoyado por algunos diputados, en su mayoría priistas, en sus pleitos con Estrada Ferreiro, químico Benitez, Cuen, la UAS y, por debajo de la mesa, con sus propios compañeros de partido. Lo ponen en una dudosa competencia por el primer escalón para la gubernatura o el senado.
El Alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez, es una de las fichas preferidas del que manda en Morena en Sinaloa. Desde el inicio del gobierno morenista, fue colocado en el manejo de los programas sociales, bandera de este gobierno. Después le regalaron la alcaldía de la capital en un proceso lleno de irregularidades y críticas de ciudadanos, pues fue un hecho sin precedentes, ya que jamás imaginaron que fuera el elegido. En los últimos días se le ve recorriendo colonias, sindicaturas e incluso otros municipios, siempre acompañado por el secretario de obras públicas y el delegado de programas del bienestar, lo cual llama mucho la atención y ya lo ven como el tapado del gobernador.
El siguiente personaje trabajó con apoyo a Morena, pidió el voto para Morena, le prestó el nombre a Morena para que llegaran algunos como el químico Benitez. Sin embargo, no es morenista, al contrario, se ha convertido en el blanco de los suspirantes y sus aliados (diputados y funcionarios aún priistas). Héctor Melesio Cuen Ojeda, dirigente del PAS (Partido Sinaloense), es mencionado constantemente en las semaneras y se encuentra en la mira de lo que se avecina en Sinaloa, como si fuera un espejo de lo que ocurre a nivel nacional con Xóchitl Gálvez. Esto lo pone en la mira de otros partidos o coaliciones, como si fuera el objetivo de aquellos que lo atacan.
El menos agraciado en todos los sentidos es el diputado Ambrosio Chávez, quien en el tiempo que lleva en la curul solo se sabe que las palmeras que adornan el gobierno del estado tienen más carisma que él. Su discurso es el más flojo que se conoce, sus participaciones en tribuna dan vergüenza. La región del Évora lo detesta (es su tierra), es traicionero y malintencionado, ya que es sabido por todos que cuando tiene oportunidad intenta perjudicar a Feliciano, su coordinador, para descarrilarlo, algo que no necesita, ya que él solo se encarga de hacerlo y además afirma estar operando la precampaña de Adán Augusto, quien en sus visitas a Sinaloa se ha regresado desencantado con los fracasos de eventos. Ambrosio, aparte de todo, es mentiroso y simulador. En pocas palabras, el señor es una carta muy complicada y ojalá el pueblo revise bien para no seguir manteniendo a NINIS como él.
Es solo una muestra de la situación política en Sinaloa. Estos personajes representan solo una parte de la corcholata sinaloense, aquellos que intentan posicionarse en el poder sin tener un buen historial ni un presente prometedor. Sin embargo, es importante recordar que esta es solo una perspectiva y que existen otros actores políticos en el estado que pueden tener diferentes opiniones y visiones. La realidad política es compleja y siempre está sujeta a interpretaciones y puntos de vista diversos. Es responsabilidad de cada ciudadano informarse y analizar cuidadosamente a los candidatos y líderes políticos antes de tomar decisiones en las próximas elecciones.
Y todo esto, señores, según mi opinión.