En el puerto de Mazatlán, las tensiones políticas están en aumento de cara a las próximas elecciones. Los candidatos se esfuerzan por mostrar cercanía con la gente, prometiendo trabajo y amabilidad en cada esquina. Sin embargo, la falta de transparencia y claridad en las propuestas deja mucho que desear.
Uno de los candidatos que llama la atención es Carlos Escobar, cuyos espectaculares inundan la ciudad. Aunque se desconoce por qué partido se postula y cuáles son sus propuestas, parece estar más interesado en que la gente lo busque y le pida que sea candidato. Esta falta de transparencia y falta de información sobre su pasado en la administración pública genera dudas sobre su idoneidad como candidato.
Por otro lado, el actual alcalde Edgar González Zatarain ha manifestado públicamente su intención de buscar la reelección por Morena. Aunque se le ha visto muy activo en los últimos meses, esto también ha generado polémica y división de opiniones. Mientras algunos consideran que sería positivo que repita en el cargo, otros no están de acuerdo. Lo cierto es que González Zatarain ya está montado en el caballo presidencial y parece decidido a buscar la reelección.
En contraste, Ricardo “Pity” Velarde es un candidato que genera pocas expectativas positivas. Su falta de trabajo y su actitud de adulador y simulador lo convierten en alguien poco confiable para aportar al desarrollo de Mazatlán. Además, su nombre sonó en el pasado para sustituir al actual alcalde, lo cual, afortunadamente, no sucedió. Su nulo trabajo y su posible falta de seriedad hacen que su candidatura sea cuestionable.
En el PRI, el único nombre que resalta es el de José Luis Arreola, dirigente del MT. A pesar de los problemas internos del partido, Arreola se mantiene firme en su defensa y esto podría jugar a su favor para ser asignado a algún cargo. Sin embargo, su historial muestra que en cada elección termina ayudando a otros candidatos que luego lo abandonan. Aunque se le ha visto activo en redes y medios de comunicación, es difícil predecir si podrá sacar adelante al debilitado Revolucionario Institucional.
Por otro lado, el empresario Guillermo “Memo” Romero se destaca por su activismo y cercanía con la ciudadanía. Ha tomado el papel de las autoridades al atender las problemáticas de la comunidad, realizar jornadas sociales, arreglar calles y brindar apoyo en diversas áreas. Su ventaja radica en que no tiene nada que perder, ya que si no es elegido, puede regresar a sus empresas sin mayores consecuencias. Además, su amistad con Marcelo Ebrard, reconocida públicamente, le ha valido ataques y críticas, pero también le ha dado visibilidad.
En resumen, Mazatlán se prepara para un proceso electoral lleno de incertidumbre y tensiones. Los candidatos muestran diferentes estrategias y protagonismos, pero la falta de transparencia y claridad en las propuestas deja dudas sobre su idoneidad para gobernar. La ciudadanía deberá estar preparada para un proceso político intenso y lleno de sorpresas.