El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha sido una de las fuerzas políticas más importantes en la historia de México. Sin embargo, a lo largo de los años, ha enfrentado diversos desafíos que han puesto en evidencia tanto su fortaleza como sus debilidades.

Una de las fortalezas del PRI radica en su militancia. A pesar de los obstáculos y las críticas, muchos seguidores del partido siguen firmes y leales, esperando una reacción positiva de su casa, el tricolor. Además, el PRI ha sido reconocido por su capacidad para formar cuadros políticos, quienes han desempeñado un papel relevante en la política actual del país.

No obstante, también es importante destacar las debilidades del PRI. La traición, el mal agradecimiento, la deslealtad, la simulación y la corrupción han sido señalados como el talón de Aquiles del partido. A lo largo de su historia, el PRI ha enfrentado acusaciones de gobernar de manera poco transparente y de estar involucrado en actos de corrupción. Además, algunos de sus líderes han sido señalados por decisiones controvertidas, como el asesinato de Luis Donaldo Colosio y la devaluación del peso durante el gobierno de Ernesto Zedillo.

En los últimos años, el PRI ha sufrido una serie de golpes que han debilitado su posición. La figura de Alejandro Moreno, conocido como Alito, ha generado divisiones y renuncias en el partido. Además, en lo local, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha enfrentado una serie de desafíos que en los últimos años dan como resultado,  perdido espacios políticos e incluso ha entregado la gubernatura, lo cual ha generado críticas y descontento entre sus seguidores. Esto se debe, en parte, a la entrada de personas que ni siquiera estaban afiliadas al partido, como Quirino Ordaz, quien se hizo de la ayuda de algunos operadores quienes con promesas y engaños han provocado la renuncia de varios militantes. Estos individuos eran simplemente oportunistas que buscaban beneficiarse del poder que el partido tenía en ese momento. Además, el cambio de discurso de la actual líder del PRI, Paola Garate, ha generado confusión y desconfianza, especialmente porque en el pasado ella misma criticaba a Alejandro Moreno (Alito), y ahora muestra un apoyo incondicional hacia él.

También, la falta de poder dejó en evidencia que la mayoría de los que han renunciado solo simulaban que trabajaban. La realidad es que no le hacen falta al partido, pero también es cierto que los que se quedan tampoco, pues su discurso es retador y soberbio cuando a todas luces son tiempos de sumar. Mientras permitan que Alito tenga el poder a nivel nacional y en el estado le dejen ese mismo a Malova, que manda a través de su mandadero Bernardino Antelo y Quirino Ordaz, quien es el principal promotor de que renuncien, los resultados serán más desastrosos de lo que ya son. Diputados ausentes y agazapados esperando la orden desde España, Mario Zamora con discurso duro pero sentimental, Paola y Álvaro más pedidos que un jocoque, preitos y jalones, y al último la militancia de a pie sigue esperando que reacciones, a ver si no se los traga el tiempo, que la verdad para allá pinta.

Esta falta de coherencia y el alejamiento de las bases del partido, incluyendo a los sectores juveniles, mujeres, campesinos y populares, han provocado más renuncias de las esperadas. A pesar de todo esto, estoy convencido de que el PRI no está muerto, pero sí necesita un cambio urgente.

El tricolor necesita un cambio profundo en su estructura, liderazgo y hasta en su nombre. La llegada de Mario Zamora como líder del partido podría ser una oportunidad para reconciliarse con las bases y simpatizantes, siempre y cuando se realicen los cambios necesarios y se atiendan las demandas de los militantes.

En conclusión, el PRI ha sido un partido político con una historia rica y compleja. A lo largo de los años, ha demostrado fortaleza en su militancia y en la formación de cuadros políticos. Sin embargo, también ha enfrentado debilidades, como la corrupción y la falta de transparencia en su gobierno. Para recuperar su posición, el PRI necesita realizar cambios profundos y atender las demandas de sus seguidores. Solo así podrá mantenerse como una fuerza política relevante en México.

Todo esto según yo, fuga