“Algunas personas te “aman” sólo hasta cuando ya no les sirves, y su lealtad termina cuando sus beneficios se acaban. En la política mexicana, esto es una realidad cada vez más palpable. El PRI, partido que durante décadas fue el gran beneficiario de estas prácticas, ahora sufre en carne propia el abandono de sus militantes más destacados. Desde el exgobernador Quirino Ordaz, quien vendió la elección a Morena, hasta la diputada Gloria Himelda Félix, quien recibió todo del PRI y ahora pone pausa a su militancia, pasando por el emblemático comodín del partido, Tintán, y la jovencita que llegó sin méritos pero con el tiempo se convirtió en una política influyente, Sandra Lara. Todos ellos son ejemplos claros de cómo la lealtad y el agradecimiento son valores que se pierden en la política mexicana. ¿Qué queda entonces para los ciudadanos que confían en sus representantes? La respuesta es clara: cada vez más desencanto y desconfianza hacia los partidos y sus políticos.”

Quirino Ordaz, quien sin pena alguna vendió la elección a Morena. Ahí fue donde escuchamos a varios priistas renegar de él: traicionero, vendido, malagradecido. Pues resulta que aquellos que renegaban hoy hacen lo mismo. Las más recientes y que son para dar risa: el campeón Francisco (Usain Bolt) Luna Beltrán, sí, ese que salió huyendo del congreso porque lo querían linchar. Se dice que el señor gozaba de tantos privilegios que hasta usaba más el helicóptero que el propio gobernador. La diputada por el PRI Deysi Ayala, sí señores, la muchachita que juraba amor eterno al PRI pero se la pasaba en los eventos morenistas pidiendo el espacio que hoy no tiene pero que se quiere ganar a base de traiciones y que seguramente los verdaderos morenistas no dejarán pasar. A ella súmele al famoso Tintán, el emblemático comodín del PRI, el que siempre llegaba a salvar su partido al que le dieron todo solo por ser amigo del Chuy Vizcarra. Y hay que decirlo, mal no hace su trabajo, pero de él ya se veía venir, pues desde la elección pasada dejó de operar para el PRI. Súmele a la flamante diputada Gloria Himelda Félix, la que recibió todo: direcciones en gobierno, alcaldía, diputaciones locales y federales, incluso hasta chamba para el señor del hogar. Hoy dice poner pausa a su militancia. En ella se refleja lo más malagraciado que puede ser un político o política. Y para cerrar la lista, que es mucho más larga, tenemos pero se tiene que resaltar el nombre de Sandra Lara. ¿Quién no recuerda a la jovencita que agradecía al PRI la oportunidad después de venir desde abajo? Incluso siempre su bandera fue el que ella había sido paquetera y con esfuerzo había llegado a los concursos de oratoria y con ellos la popularidad entre los políticos que rápido le dieron la dirección de la juventud en aquella época donde el sector juvenil del PRI tenía mucha fuerza. O sea, ella llegó sin méritos. De ahí vinieron chambas como encargada de la agenda del gobernador, diputaciones locales y muchos puestos más. ¿Y cómo olvidar su última chamba en el PRI donde defendía contra viento y marea a su candidato Mario Zamora, contrincante de quien hoy es su patrón Rubén Rocha Moya? No tengo ninguna duda de la capacidad de estos angelitos para trabajar, pero sí de su lealtad y agradecimiento para quien les dio todo, el PRI.

Todo esto SEGÚN YO  y fuga a chingarle que con el mitote no se llena el carrito del súper