México reclama un relevo generacional, la clase política que lo dirige ya va de salida, y quienes lleguen deben trascender la condición de juventud biológica e individual a una visión de generación, con la conciencia de que un país no se define en un sexenio ni en una elección, señaló el diputado Feliciano Castro Meléndrez.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado encabezó este viernes el “Conversatorio sobre Movimientos Estudiantiles” en el que participaron diputadas y diputados que integran el Parlamento Juvenil 7 de Abril, en su segunda edición.
El conversatorio, que tuvo lugar en el Salón Constituyentes de 1917, las diputadas y diputados juveniles iniciaron su participación con una serie de preguntas relativas al tema.
Con la aclaración de que las preguntas merecen una investigación que lleve a varias respuestas, el diputado Feliciano Castro respondió varias de las que le hicieron, e hizo un recorrido histórico desde la Revolución Mexicana hasta las elecciones presidenciales del 2018 en que por primera vez las fuerzas de izquierda obtienen la presidencia de la República y la mayoría en el Congreso de la Unión.
El presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador del grupo parlamentario de Morena, resaltó que muchas de las causas que propiciaron la Revolución Mexicana no fueron atendidas al término de ésta, sino al paso de los años, sobre todo con el general Lázaro Cárdenas, con quien se dio realmente el reparto de tierras que demandaban los campesinos desde antes de la Revolución.
Sin embargo, observó que entre la década de los 50´s y los 60’s la economía mexicana empieza a agotarse, lo que impide que el gobierno mexicano pueda atender todas las demandas de la población, y la salida que encuentra es la represión para desarticular las manifestaciones sociales que se multiplicaban.
Se registran huelgas y movimientos de carácter nacional, e incluso grupos radicales optan por la lucha armada ante la represión de que son objeto, y así llega el año de 1968, en el que hay todo un movimiento estudiantil cuyas demandas centrales eran la liberación de presos políticos y elecciones democráticas, recordó.
La respuesta, observó, fue la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, y más tarde, en 1972, como secuela de ese movimiento, en Sinaloa los jóvenes universitarios que exigían y lograron la destitución de un rector de la UAS, también fueron reprimidos y dos jóvenes, Juan de Dios Quiñónez y María Isabel Landeros, fueron asesinados el 7 de abril de ese año.
Como consecuencia de todos estos movimientos, resaltó el diputado Feliciano Castro, se inició en México un proceso de desarticulación del régimen de gobierno y se inicia un proceso de transformación política que lleva a que aquellos jóvenes del 68 ganen las elecciones presidenciales en 2018 con la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, quien llegó acompañado del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, luego de emerger de un movimiento disidente del PRI.
Aquéllos jóvenes de 1968, precisó, tardaron 50 años en acceder al poder, pero por su edad, ya van de salida y ello requiere de un relevo generacional.
Esos jóvenes del 68, les subrayó Castro Meléndrez a las diputadas y diputados juveniles, entendieron que no eran individuos, que eran generación, y que los grandes cambios los hacen precisamente las generaciones.
Ese, precisó, es el punto clave para combatir el egoísmo y la frivolidad que tanto acompaña a la política.
“Es la generación, no el individuo. Esa es la enseñanza”.