A pocos días de haber sucedido, mucho se ha escrito y dicho ya sobre la publicación, y la foto, de la Secretaría de Gobernación del Gobierno de México, en la que aparecen el Gobernador Rubén Rocha Moya, el Secretario Adán Augusto López y el MC Héctor Melesio Cuén Ojeda.

Lo menos importante, para mí, es quién citó a quién, en dónde se reunieron, cuál fue la instrucción recibida, qué papel jugarán a partir de ese momento, en dónde quedaron marcados los límites para cada uno de estos actores políticos, a quién abrazaba el Secretario, el significado del gesto de cada uno de ellos, a quién representan los dos invitados y con cuánto peso, cuánto cambiará la actitud de terceros, quiénes tendrán que tragar gordo, si alguno se puede considerar ganador o si alguno se puede considerar derrotado.

Lo más importante es lo que se estaba perdiendo y se puede recuperar.

Lo que se estaba perdiendo era la estabilidad de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Ya se había llamado a una concentración para este martes y eso, en sí mismo, ya nos llevaba de regreso al pasado, nuevamente por razones externas a la academia y a la propia Universidad.

Se estaba perdiendo la tranquilidad de los estudiantes para hacer lo que les corresponde, estudiar; preparándose para el evento estatal, nacional o mundial de matemáticas, física, biología, deporte, arte o cultura.

La posibilidad de que los profesores fueran a sus aulas y encontraran allí a sus alumnos, en el ambiente adecuado para recibir el conocimiento que corresponde impartir, y corresponde recibir.

Se estaban perdiendo las condiciones para que el investigador llegue a su cubículo, estudio, laboratorio, centro de experimentos o pruebas; a buscar el nuevo conocimiento, a encontrar los avances de la ciencia y de la tecnología.

Se estaba perdiendo la tranquilidad con la que los trabajadores administrativos llegan a su unidad laboral a darle belleza y condiciones óptimas al espacio que ocuparán los estudiantes, docentes, investigadores, y el resto de sus compañeros, en las labores que la UAS les ha encargado.

Se estaba perdiendo la confianza con la que los entrenadores pueden llegar a guiar a sus atletas, a los que son parte de los grupos de iniciación temprana o de las selecciones mayores; los que representan a la UAS, a Sinaloa y a México en la Universiada nacional o mundial, en los Juegos Nacionales CONADE o en los Juegos Olímpicos.

Se estaba perdiendo el acceso a la estabilidad con la que los alumnos y maestros del área de la salud se preparan para brindar sus servicios a todo tipo de seres vivos, de forma gratuita, de manera voluntaria y enfrentando cualquier riesgo.

Se estaba perdiendo la posibilidad de que los sinaloenses recibieran los servicios de los brigadistas de servicio social que, junto con sus asesores, se forjan conciencia de la solidaridad con la sociedad y ponen en práctica su conocimiento a la vez que son de gran ayuda para las familias y las comunidades.

No estaba en riesgo el poder político, eso es lo de menos, estaba en riesgo lo importante, el futuro de los jóvenes universitarios. En ellos hay que pensar, no encampañados, ni marchando.

Y para eso es la política, para poner en primer lugar lo más valioso, para generar progreso, para resolver problemas, para disminuir la carga de los ciudadanos.

Para buscar venganzas, para manotear el poder, para demostrar quién las puede más, para eso está la lucha libre, ese espectáculo ya existe. Para la política necesitamos gente seria, preocupada por nosotros, los que no somos políticos. Eso creo yo.