El Primer Parlamento lingüístico de Sinaloa se celebró con la participación de hablantes de veinte lenguas indígenas en un acto histórico que fue organizado por el Congreso del Estado de Sinaloa.
Las y los oradores indígenas expresaron sus sentimientos y emociones vinculadas a la injusticia social que históricamente han sufrido las comunidades y los pueblos indígenas.
Las y los oradores participantes hablaron sobre la discriminación, marginación y exclusión, sobre la necesidad de preservar su lengua y sus costumbres, de oportunidades y ser escuchados.
Al rendir los honores a los símbolos patrios los niños de la Playita de Casillas de Sinaloa municipio imprimieron una emotividad especial a tan solemne acto al interpretar el Himno Nacional en lengua yoreme.
Sobre esa interpretación el diputado Feliciano Castro Meléndrez, presidente de la Junta de Coordinación y Política, afirmó que escuchar el himno nacional en yoreme es una dimensión superlativa que significa que otra política es posible y el humanismo solidario es el reto para que todas las lenguas tomen la tribuna comunicando su visión.
Sostuvo que las comunidades y pueblos indígenas por derecho propio, desde la autonomía de las etnias, deben conservar las lenguas y las tradiciones. “Las lenguas desaparecen porque el capitalismo tiende a estandarizar a todos los seres humanos”, acusó al afirmar que en la lógica de la economía se privilegian los idiomas dominantes.
Subrayó que la discriminación y la lógica del mercado son la principal causa de que una lengua indígena desaparezca por lo que expresó su deseo de que el espíritu de Felipe Bachomo siga cabalgando en Sinaloa. “Estoy convocando a la rebelión política desde un ejercicio pedagógico”, precisó enfatizando que la lucha de los pueblos indígenas es una lucha de carácter nacional.
El diputado Martín Vega Álvarez, presidente de la Comisión de Comunidades y Asuntos Indígenas, con su vestimenta tradicional indígena, pronunció un discurso en su lengua materna.
“Este día es para reflexionar y replantearnos la preservación de nuestras lenguas originarias, desafortunadamente muchas están en peligro de desaparecer porque los niños y los jóvenes no las están aprendiendo”, lamentó al reconocer que también hay otras causas sociales que contribuyen a la extinción de una lengua.
“Perder una lengua es perder la identidad y la memoria colectiva de todo un pueblo, porque cuando muere una lengua muere también una forma de ver el mundo”, subrayó al enfatizar que es indispensable la diversidad y la multiculturalidad.
Graciela Domínguez Nava, Secretaria de Educación Pública y Cultura, sostuvo que compartir este espacio de reflexión con los diversos grupos étnicos asentados en Sinaloa es celebrar la diversidad lingüística que converge y convive en nuestro suelo.
Puntualizó que hay que defender las treinta lenguas indígenas vivas que existen en Sinaloa porque nos dicen quiénes somos nosotros mismos.
“No podemos permitir que desaparezcan la belleza del idioma de estos sistemas lingüísticos”, dijo al destacar la inclusión sociocultural efectiva en la educación.
Para concluir expresó su reconocimiento al Congreso del Estado de Sinaloa por la expedición de una Ley de Educación Superior que contiene el sentir de los pueblos indígenas y darles voz en este Parlamento Lingüístico.
Para concluir pronunció el poema de Miguel León Portilla que afirma que cuando “muere una lengua la humanidad se empobrece”.
Los primeros oradores fueron Néstor Aguilar Velázquez, quien dio una lectura de poesía en mayo y Petra Leyva González, rarámuri, ambos expresaron los sentimientos de sus pueblos indígenas.
“Yo no quiero que se muera mi tradición de rarámuri, en Choix hay muchos rarámuris, tenemos muchas necesidades, muchos niños andan descalzos y el sufrimiento más grande es por la comida”, comentó al narrar las carencias de su pueblo y aclarar que este parlamento es un foro para apoyar la causa indígena. “Es muy larga la historia para contar todo”
El primer Parlamento lingüístico de Sinaloa se vistió de colores, de arte y cultura indígena con las danzas autóctonas de tiempos ancestrales como la Danza del Venado ejecutada por los músicos y danzantes de El Fuerte, la tradicional danza de los chinelos realizada por el grupo de danza de Ceuta, Elota; Pascola por el grupo de danza de Guasave, los tepehuanos por el Trébol 1, de Escuinapa y la danza del venado interpretada por el grupo de danza de Guasave.