Pasan llamadas de emergencia de 259, 452 en 2021 a 260,946 en 2022; Angélica, una víctima, narra que nunca dimensionó que agresión se salía de control
“Primero todo era miel sobre hojuelas, pero al paso de los meses hubo algo que no gustó o con lo que no se está de acuerdo, y en vez de hablarlo, comenzó el jaloneo hasta subir de tono, con jalones de cabello, hasta llegar a los golpes”.
Esto fue parte del infierno que pasó Angélica Ramírez en su relación de pareja el año pasado. En el marco del Día del Amor y la Amistad, no todo es tranquilidad y paz, pues existen diversos tipos de violencia que afectan, sobre todo a la mujer, la cual se ve doblemente victimizada en los Ministerios Públicos por la falta de capacitación y sensibilidad de los servidores públicos.
Datos del reporte especializado de violencia de género de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) detallan que al cierre del 2022 se registraron 260 mil 946 llamadas de emergencia por violencia de pareja, cifra ligeramente mayor a la del 2021, cuando se contabilizaron 259 mil 452.
Hasta el momento, 2018 es el año con mayor cantidad de registros por violencia de pareja en lo que va de la actual administración federal con 274 mil 487, de acuerdo a la dependencia federal.
Primero todo era miel sobre hojuelas, pero al paso de los meses hubo algo que no gustó o con lo que no se está de acuerdo, y en vez de hablarlo, comenzó el jaloneo hasta subir de tono, con jalones de cabello, hasta llegar a los golpesAngélica Ramírez, Habitante de la CDMX
Angélica, habitante de la alcaldía Gustavo A. Madero, narró a La Razón que las primeras veces en que se presentó la violencia, nunca dimensionó que podría salirse de control, pues a final de cuentas era la pareja que amaba en ese momento.
“Y fui a interponer mi denuncia, pero para las autoridades, no iba casi muerta ni con miles de golpes. Acababan de pasar los golpes cuando me salí y mis golpes estaban rojos, pero los del Ministerio Público querían moretones, por lo que sólo me ofrecieron una patrulla que rondara mi casa”, explicó.
Esta situación le dejó a Angélica ser más fijada, más precavida y menos confiada con sus parejas, pues si bien una relación es de amor, siempre hay personas que no se conocen y que pueden ser violentas. Perla Acosta del colectivo “Más Sueños”, dijo a este diario que la violencia tiene muchas caras y muchas mujeres no se dan cuenta a tiempo de lo que pueden sufrir en una relación, aparte de que la violencia también la sufren por parte de las autoridades, al no darle importancia a su caso.
“En el amor romántico se idealiza a la pareja, se perdona todo, por ello las mujeres no se dan cuenta hasta que ya es muy tarde, aparte de que los agresores directos en un feminicidio son directamente las parejas. Un amor puede llevar a la mujer a la muerte, pues existen diversos tipos de violencia que van desde unos celos o un engaño, hasta los golpes”, destacó.
La experta en protección de derechos humanos señaló que la normalización de estas conductas al interior de las familias produce que los delitos de género sigan en aumento al paso de los años, pero también, las que vienen de los Ministerios Públicos, por lo que dijo, es necesario se haga justicia con perspectiva de género.
Margarita Serrano, de 66 años de edad, originaria de Puebla, a muy temprana edad se trasladó a la Ciudad de México para trabajar como empleada doméstica.
Fue muy difícil vivir esa situación, ya que fueron años juntos. Es difícil vivir una situación de violencia de pareja, pero muchas personas pasan lo mismo. Lo que yo pasé fue muy duro y nunca acabas de conocer a la genteMargarita Serrano, Habitante de la CDMX
En la Ciudad de México conoció a su pareja, con quien vivió en concubinato. Ella sufrió violencia física, psicológica, económica y patrimonial. El abuso fue constante por años y, a pesar de tener presente lo que representaba, nunca se separó por la cuestión de los hijos y, sobre todo, el lugar en dónde vivir.
Su pareja (ahora ya jubilado) era funcionario de la Secretaría Seguridad Pública (como se llamaba en aquel entonces) y eso era su escudo ante las decenas de denuncias que ella presentó ante el Ministerio Público.
En repetidas ocasiones, el personal de MP le reiteró que ella tenía la culpa por hacer enojar al señor y jamás procedió un denuncia, la razón era porque era elemento de seguridad pública y toda evidencia era desaparecida. “Esto fue por muchos años y la situación continuó al interior de mi hogar”, dijo.
A pesar de ello, Margarita trabajó por muchos años para pagar el inmueble que albergaba a toda la familia; sin embargo, las escrituras del domicilio salieron a nombre de él y después vino el abuso de poder respecto al inmueble.
“Fue muy difícil vivir esa situación, ya que fueron años juntos y todo se terminó de un momento a otro. Es difícil vivir una situación de violencia de pareja, pero muchas personas pasan lo mismo. Lo que yo pasé fue muy duro y nunca acabas de conocer a la gente”, dijo.
En el 2010 su pareja decidió salirse del predio y hacer una nueva familia. Pero en el 2020 regresó con una denuncia y amenazas de pelear la propiedad, que para entonces ya contaba con una casa habitación de dos niveles y todos los servicios. Y con amenazas y una serie de irregularidades, como desaparecer todas las pruebas de la contrademanda, la despojó de su casa.